viernes. 19.04.2024
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No hay suficiente litio en el mundo, entrevista con Luis Alberto Arellano

Costa sin mar

No hay suficiente litio en el mundo, entrevista con Luis Alberto Arellano

Costa sin mar (CSM): ¿Qué juegos, guiños y trampas hay en el título Destino manifiesto?

Luis Alberto Arellano (LAA): Soy un ferviente convencido de la vieja y obtusa Doctrina Monroe, que tantos hits pegó en el siglo XX.  Por supuesto, es mi pequeña contribución al viejo debate de la vocación del poeta frente a los dones innatos, tipo romanticismo tardío. Hace no mucho escuché un intercambio de opiniones sobre el asunto, lo que me hizo reconsiderar mi postura: Me importa un pepino.

(CSM): Tus libros son almanaques (secciones onomásticas, bestiarios, catálogos de arte y parafilia). ¿Eres un hombre que vive en un cuarto de baño con aleph incluido?

(LAA): Últimamente la propaganda que llega a mi casa es insuficiente para cubrir mis necesidades de ocio y lectura. Por lo que he decidido pasar más tiempo en esa cabina de propulsión digital que son las redes sociales. No vivo más en un cuarto de baño, es más, nunca visito esa parte del departamento. Tiendo al tedio, como todos. 

(CSM): Cuando nombras pintores, el contexto remite al cuerpo y a los procesos digestivos. ¿Qué relaciones encuentras ahí? ¿Cultura & analidad?

(LAA): Es obvio que la plástica, al igual que otras formas de arte menos civilizadas, recuerdan a procesos digestivos. Las formas, figuras, colores, manchas, plastas son otra forma de la analidad. En realidad, casi todo tiene que ver con la analidad. Por supuesto, menos la analidad. 

(CSM): ¿Qué eliges? ¿Stanisław Lem, el pasillo doce (pantimedias y trucos baratos de magia), un boleto para ver la próxima Serie Mundial? 

(LAA): Depende quién juegue la Serie Mundial. No hay suficiente litio en el mundo para imaginarme vitoreando a Anaheim o a los Blue Jays, aun si van contra los odiados Cubs. Por otra parte, Lem es una lectura obligada hasta cierta edad, por ejemplo, los 65 años. Después es un gesto más que un alimento terrestre. 

(CSM): ¿Eres cercano a los trípticos de El Bosco, al mural (cómico, político, deportivo) que es Submundo de Don Delillo?

(LAA): Sí. Next.

(CSM): ¿Apostarías tu quincena por Oulipo o por L=a=n=g=u=a=g=e?

(LAA): Hace muchos años que no gano dinero en esa vieja y romántica forma que es el empleo pagado. No hay nada qué apostar. Aun así, diría que los dos se la pelan a esa extraña forma del amor que es Ulises Carrión. 

(CSM): Te identificas con los: a) manuales de supervivencia, b) vida de santos, c) reader’s digest, d) envolturas de los caramelos. Desarrolle.

(LAA): Las hagiografías tienen el encanto de la desmesura con fines didácticos. Ese es un buen epitafio para mí. Lo hago con fines meramente educativos. Pero aún y con todo lo tentador que suene, me identifico más con los manuales de supervivencia. Trato de escribir poemas como quien deja pistas para reactivar la planta de purificación de agua, una vez que el lenguaje escrito sea una vieja rencilla entre humanos desconocidos. Mi certeza es que todo está a punto de volar por los aires y la mejor manera de esperar la Aniquilación Nuclear es juntando letras en órdenes irracionales. 

(CSM): ¿Ningún atleta negro ha sido reconocido?

(LAA): Ahora vendrás a hablar con mucho entusiasmo de Jackie Robinson y de Sugar Ray, pero deja te digo algo, boy. El problema de los atletas negros es mucho más urgente dentro de la poesía. Nunca pretendí hacer un llamado a identificar el racismo en la cultura mexicana. Estaba haciendo un homenaje a Basquiat, que sin pretenderlo, era negro. Sin embargo, la respuesta generalizada es llamar la atención sobre el problema del racismo entre nosotros. Think about, boy.

(CSM): ¿La especialidad de la cultura es construir y analizar muros?

(LAA): Toda cultura es un muro. Por eso las odio. Toda cultura es un adentro y un afuera. Y da la singular ilusión de unidad y originalidad. Todos juran que el folklore es aquello que los identifica como comunidad. Y no, todos los hombres mueren del mismo modo, aman del mismo jodido modo, celebran del mismo estúpido y vicioso modo. Nada es más universal que la supuesta identidad de los pueblos y las culturas. 

(CSM): ¿Poesía = Estadísticas del medio tiempo?

(LAA): Más bien pienso al poeta como ese viejo de primera fila, justo detrás del umpire, haciendo anotaciones. En teoría debe registrar cada jugada y luego confrontarla con los resultados oficiales. Pero estoy seguro que siempre está haciendo versitos y calificando con insultos a los jugadores. Debe tener todo un lenguaje secreto para llamar a todos los zurdos, los diestros, pitchers abridores y cerradores, y un profundo y largo etcétera. 

(CSM): ¿Traje de buzo o de pianista manco durante un combate contra el mundo?

(LAA): Traje antirradiación con un contador geiger en la muñeca derecha. ¿No has aprendido nada, Posada? El fin del mundo está sucediendo ahora. Y esto no es un poema. 

***

Costa sin mar (Cd. Juárez, 1984). Desde hace seis años escribe la guía telefónica de Nagasaki si la bomba no hubiera existido.

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