viernes. 19.04.2024
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Cómo impedir que maten a Kennedy

Bernardo Monroy 

Cómo impedir que maten a Kennedy

Cambiar un momento trágico en nuestras vidas o en la historia de la humanidad es algo que, sin duda, muchos hemos especulado. ¿Y si nunca hubiera estudiado tal carrera? ¿Y si no hubiera dado vuelta en tal bulevar? ¿Y si Hitler hubiera ganado la guerra?

¿Y si Colosio no hubiera ido a Lomas Taurinas?

¿Y si pudiera impedir el asesinado de John Fitzgerald Kennedy?

Aunque “el hubiera…” no existe, sí es una buena excusa para contar una historia. Ese ha sido el eje temático de muchas historias de ciencia ficción; una de ellas es “22/11/63”, best-seller de Stephen King adaptado actualmente a una serie televisiva.


EL PISTOLERO SOLITARIO
La colosal novela de Stephen King con más de mil páginas sigue los pasos narrados en primera persona por Jake Epping, profesor de secundaria que suele desayunar al café de su amigo Al Templeton. Un día, este le confiesa que en la bodega de su local hay un portal en el tiempo al 9 de septiembre de 1958, pero sólo a esa época y momento en particular. No se trata de un De Lorean volador que puede programar fechas a gusto del conductor.

Al se ha dedicado buena parte de su vida a investigar todo lo referente al asesinato de Kennedy con el fin de impedirlo, pero tiene dos problemas: el primero es que tiene cáncer y no podrá terminar su misión, y el segundo, que para lograr su cometido debe permanecer tres años en el pasado. Sin embargo, en nuestro siglo XXI sólo pasan 2 minutos cuando se atraviesa el portal.

Jake accede, y se convierte en la definición literal de alguien que “vive en el pasado”. Se enamorará, trabajará y se adaptará a la década de los 1960’s. En el trayecto salvará a un alumno suyo de su padre. Pero no todo será perfecto, pues le falta enfrentar al antagonista de la novela, que es el Pasado mismo.

Stephen King es hábil para crear villanos. Sin duda, casi todos los que crecieron en las décadas de los 1980’s y 1990’s tuvieron pesadillas con el payaso Pennywise en “IT”. En esta ocasión en malvado en turno es el Pasado, que se manifiesta como una fuerza invisible, similar a un poltergeist, que no quiere ser cambiada y le provocará desgracias a Jake, que van desde árboles caídos hasta incendios.

Otro aspecto destacado de “22/11/63” es la investigación. Originalmente, King quiso escribir la novela en los inicios de su carrera, tras la publicación de “Carrie”, pero se sintió abrumado por tantísima información. No fue sino hasta más de 30 años después que optó por retomar el proyecto, que lo hizo merecedor al “Los Angeles Times Book Prize” y a menciones positivas en el “New York Times”.

Las descripciones de los momentos clave en la vida de JFK y Oswald son acertadas, como por ejemplo, el momento en el que éste va a disparar al presidente:

La sexta planta del Depósito de Libros Escolares de Texas era un cuadrado oscuro salpicado por islas de cajas de libros apiladas. Las luces del techo estaban encendidas allá donde estaban cambiando el suelo, pero no donde Lee Harvey Oswald planeaba hacer historia al cabo de cien segundos o menos. Siete ventanas daban a Elm Street; las cinco del centro eran grandes y semicirculares, mientras que las de los extremos eran cuadradas. El sexto piso estaba a oscuras alrededor del acceso a la escalera, pero una luz neblinosa bañaba la zona que daba a Elm Street. Gracias al serrín que flotaba a causa de la obra, los rayos de sol que entraban por las ventanas parecían lo bastante gruesos para cortarlos. El que llegaba de la ventana hasta la esquina sudeste, sin embargo, estaba bloqueado por una barricada de cajas de libros. El nido del francotirador quedaba en la otra punta de la planta respecto a mí, en una diagonal que cruzaba de noroeste a sudeste. Detrás de la barricada, a la luz del sol, un hombre con un fusil se encontraba de pie ante la ventana.

Estaba encorvado, mirando hacia fuera. La ventana estaba abierta. Una ligera brisa le agitaba el pelo y el cuello de la camisa. Empezó a elevar el fusil.

Lo cierto es que “22/11/63” no es en ningún momento una historia de conspiraciones y grilla política. En su gran parte es una novela de corte costumbrista sobre el Estados Unidos sesentero. En la actualidad es el corte que King ha abordado incluso en “Revival”, su más reciente novela en castellano.

A LA PANTALLA CHICA Y LA RED

Desde “Los Soprano” y “Breaking Bad” se ha demostrado que las series de televisión pueden tener argumentos inteligentes y tramas complejas, en ocasiones superiores a ensayos que no proponen un punto ni nada plantean, y a muchos libros. En la actualidad la televisión goza de una época dorada, con buenos productos al espectador. Esto lo plantea Brett Martin en su libro “Hombres fuera de serie”.

Novelas como “Canción de hielo y fuego” o “Wayward Pines” se han adaptado a series, y la obra de King no es la excepción.

La serie se transmite actualmente, y es producida por J.J. Abrahams, famoso por dirigir el “Episodio VII” de la saga “Star Wars”. La protagoniza James Franco, actor nominado al Oscar.

La recreación histórica es asombrosa, y Abrahams no ha escatimado gastos ni tiempo de los habitantes de Dallas. Incluso, durante su filmación ha provocado congestionamiento vehicular en la Plaza Dealey, lugar donde mataron a Kennedy, como lo demuestra la nota publicada en el portal tejano “Kera News”, “Filming In Dealey Plaza Snarls downtown Dallas traffic”.

OSWALD Y JOHN, PERSONAJES DE LA CULTURA POP

El asesinato de John F. Kennedy, así como Lee Harvey Oswald, no sólo han quedado temas históricos de la cultura estadounidense; además han trascendido hasta formar parte de su cultura pop. Sobran muestras de ello. En música, un momento inolvidable es en la rola “Sympathy for the devil” de los Rolling Stones, que trata de un monólogo de Lucifer, responsabilizándose de varias tragedias de la historia, que van desde Jesucristo siendo condenado hasta el momento en que le disparan a JFK.

Un videojuego que causo muchísima polémica fue “JFK reloaded”, donde el jugador personifica a Oswald disparando a su blanco. Aunque el objetivo del juego era demostrar los hechos factibles, fue condenado por el mismísimo Ted Kenendy. Los cómics tampoco se quedan atrás: en la película “Watchmen” de Alan Moore y Dave Gibbons es The Comedian, uno de los personajes principales, quien se encarga de matar al presidente. Asimismo en “Days of the future past” los X-Men se ven involucrados en toda la grilla política.

Oswald como protagonista no es un tema nuevo en ningún medio. Prueba de ello es la novela “Libra” de Don De Lillio, que al igual que King recrea los últimos años de los acontecimientos, con el asesino como protagonista. Lo mismo hace James Ellroy con “American Taloid”, novela coral con los presuntos responsables del crimen como protagonistas.

¿Kennedy hubiera mejorado al mundo? ¿Harvey Oswald fue el asesino? ¿Hubo una conspiración política tras bambalinas? Nadie lo sabe, pero entretanto, hay muchos videojuegos, películas, novelas, series y cómics para especular a gusto.

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