Tears in heaven (Hallelujah)
Luis Armenta Malpica
Would you know my name
If I saw you in heaven?
Would it be the same
If I saw you in heaven?
Eric Clapton
I
No es un ángel caído
ni el demonio de Loudun.
Simplemente una niña se equivocó de sitio
y en lugar de Pegaso tuvo algunas pastillas
en la mano.
Se creyó el quinto Beatle
(su mirada de cielo)
y tocó en las alturas de un sollozo
lo que en su propio cuerpo
le costaba llorar.
Estaba sola
porque así se notaba desde recién nacida.
Se desbastó los brazos con mucha ligereza
sin extrañar el roce de las tantas hormigas
que acudían al concierto.
“No nos moverán” era su aullido
al rasgarse en la piel
una guitarra
el tatuaje que la hacía diferente
de Dylan, de Joan Báez, de Janis Joplin.
Hizo del mundo su Woodstock personal
y no creyó en Jesús. Pero era buena
tratando de ser mala, nos dice Patti Smith.
La sociedad, en cambio
con máscara piadosa
era perversa.
Había que combatirla con la música.
Eliminar la carne desde lo alto.
Observarla caer como las hojas
de una hermosa hortaliza.
Y no ser vegetal en el intento.
Para eso era el cuchillo.
No el pincel. No
la pluma.
Ella era un ala
en ese cielo azul.
Se sentía
libre. Verde
por fin
igual a los insectos
de su propia parcela.
Y se movió
al unísono
de su pequeño canto
mientras el cielo azul se despejaba
en lo alto del sollozo
de quienes, como yo
no nos movimos
con
tanta
ligereza.
II
Conocemos el nombre del jardín
cuando enrojece. Ese vino de lilas
que embriaga si el amor está cerca.
Puede ser Matapédia, ese cruce
de río (no el Wolf) en el cual se forjaron
las canciones de la familia Wainwright.
Pero en este poema son otros brazos
los que duelen y sangran.
Los dedos que tropiezan en las cuerdas.
Mano a mano entre una niña y Dios.
Hermosa niña, debo decir
(Rufus como testigo)
que no me dio permiso
para contar su vida.
No ha contado con nadie
—según dice—
ni los pasos que separan sus pies
del cielo tan azul que hay en sus ojos.
Qué hay detrás de ese cielo
que apenas y se ve…
(tal vez algunas flores de Robert Mapplethorpe)
¡Ah, pero cuánto
muere!
III
Será la última vez que lo menciono
porque yo soy el mismo
si el azul es el cielo
si roja fue la voz
y a gotas nadie
canta.
Si esta vez, aleluya
a nadie veo
caer.
Luis Armenta Malpica Poeta, ensayista y traductor del francés, es director de Mantis editores. Autor de casi veinte poemarios, siendo los más recientes El agua recobrada. Antología poética (Vaso Roto, Madrid, 2011), Envés del agua (Secretaría de Cultura de Jalisco, Col. Clásicos Jaliscienses, México, 2012), Papiro de Derveni (Bonobos, 2014), Llámenme Ismael (FOEM, 2014), The Drunkenness of God (translated by Lawrence Schimel. Medio Siglo, 2015) y Götterdämmerung. Antología personal. (El Ángel Editor, 2015). Libros y poemas de su autoría han sido traducidos al alemán, árabe, catalán, francés, inglés, italiano, neerlandés, portugués, rumano y ruso.