viernes. 19.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

Silencio, las aves pasan volando [Segunda escena]

Eduardo Celaya Díaz

Silencio, las aves pasan volando [Segunda escena]

Personajes

omar
david

ACTO ÚNICO

Escena segunda

omar duerme. david entra. Silencio.

david                        ¿Hace cuánto tiempo sabes?

omar despierta lentamente, se despereza, ve a david.

omar                        ¿Saber?

david                        Que te gustan los hombres.

omar                        ¿Te respondo lo que le digo a todos o de verdad quieres saber?

david                        ¿Qué le dices a todos?

omar                        “Siempre lo supe, es algo que siempre está ahí, sólo que lo niegas hasta que es inevitable.”

david                        ¿Y qué me dices a mí?

omar                        (Larga pausa de duda.) No sé, no tengo ni la menor idea. Es algo que tal vez siempre estuvo ahí o quizá lo supe esta mañana.

david                        Yo lo supe en la universidad. Estaba cogiendo con una mujer, muy borracho, y sentí asco.

omar                        ¿Te dio asco estar borracho o ella?

david                        Las dos. Me sentí un idiota, ahí con esa desconocida… ¡nunca supe su nombre! Habíamos bailado mucho, horas, pero no nos besamos. ¡Ni una vez! Recuerdo que ella me gustó muchísimo en aqusel momento. Pero cuando la penetré sentí que estaba haciendo de mi vida una mierda. Sentí asco de mí. Y no quise que eso se repitiera.

omar                        ¿Entonces eres gay por elección?

david                        No. Me metía con mujeres para quedar bien. A veces lo pasaba bien, pero no era lo que yo quería.

omar                        Yo nunca he estado con una mujer.

david                        ¿No? Es rico. Hay algunas que saben lo que hacen.

omar                        No he tenido curiosidad… ni necesidad de probarlo. ¿Para qué? Sería como engañarme, ¿no crees? Si siempre supe que no era lo mío, ¿para qué?

david                        Puede ser. Yo, al principio, si creía que las mujeres eran “lo mío.” La primera fue muy buena. Creo que hasta me enamoré. Pero poco a poco me di cuenta de que algo me hacía falta, me sentía insatisfecho, raro. Hasta que cogí con una lesbiana.

omar                        ¿Y luego?

david                        Fue raro. Me sentí muy a gusto, pero no quería penetrarla. ¡Ni siquiera habíamos bebido! Estábamos juntos y ya. Ella insistió, quería probar y asegurarse. Lo hice, pero ahí se perdió el encanto. Me di cuenta que las cosas no eran como me habían dicho siempre.

omar                        ¿Cuántos años tenías?

david                        Veintidós.

omar                        Veintidós.

david                        A punto de terminar de estudiar. Nunca me había dado oportunidad de saber realmente lo que quería. Me sentía… no sé cómo. No quería darme cuenta de cosas. De cosas que ahora sé.

omar                        ¿Te molesta saberlo?

david                        Por las noches me encuentro extraño, no me reconozco. Es el silencio lo que me hace pensar.

omar                        Por las noches yo te abrazo.

david                        Es lo que me da más miedo, que la noche se acabe y tengamos que soltarnos.

david abraza a omar, lo besa lentamente.

david                        Te amo.

omar                        Gracias por eso.

 

Escena tercera

Oscuro parcial, cenital a omar.

omar                        Tengo miedo al amor. Eso no es un misterio. Desde niño, siempre lo he pasado solo. Crecí en una buena familia: papá y mamá, un hermano. Todo como debía ser: escuela religiosa, primer lugar por alto promedio. Un día descubrí un libro, El guardián entre el centeno. Lo leí una sola vez porque me aterró, me sentí tan parte de esa historia que era como si me dijeran al oído todo lo que yo quería ser. Todo se derrumbó para mí en mi vida, como si todo lo sólido se desvaneciera en el aire. Mis dedos temblaron mientras mi cuerpo crecía. Las niñas dejaban de ser niñas, y eran amenazas, los niños dejaron de ser niños y fueron miedos aún peores. Vagaba en medio de la noche y no había mano a qué asirse. Todo esto pasaba en mi mente, porque siempre he tenido el terrible defecto de pensar demasiado. David es mi compañero, no es mío, sólo está aquí conmigo. No sabe lo que pienso, ni lo sabrá, porque ni yo lo sé. Hablo incoherencias, también las escribo, y vivo de eso. ¿Patético? Sí. Al mundo le entretiene que tenga un desorden en la cabeza. Supongo que mis libros se venderán bien cuando me muera.

Luz general.

omar                        Mentí.

Silencio.

omar                        Sí me gustan las novelas.

david                        Ya lo sé, siempre estás leyendo alguna.

omar                        Me gusta que las cosas tengan un orden.

david                        Las cosas lo tienen.

omar                        No es cierto. La vida es una interrogante inmensa. Nunca sabes qué pasa.

david                        Ya empiezas con lo mismo.

omar                        Nunca he dejado el tema.

david                        ¿Bukowski?

omar                        Si, compré un libro. Una especie de memorias; trae fragmentos de todas sus obras, de lo más autobiográfico.

david                        Deberías dejarlo. Siempre que lo lees te deprimes por días.

omar                        No podría evitarlo. Siento que tiene razón.

david                        Y terminó hecho mierda.

omar                        Siempre fue un mierda. Como todos.

david                        No puedo seguir teniendo estas discusiones contigo. Me cansan.

omar                        No las tengamos entonces.

omar toma una escoba y comienza a barrer, sólo mueve de un lado a otro la misma suciedad, sin recogerla.

david                        Ayer sentí mucho miedo.

omar                        ¿Dónde estabas?

david                        Con mis padres.

omar sigue barriendo sin levantar la mirada. Silencio.

david                        Tuve miedo de decirles que estoy contigo ahora.

omar                        Todavía suponen que eres un miembro respetable de la sociedad.

david                        Todavía suponen que busco esposa.

omar                        Habrá que dejarlos seguir sus suposiciones. No quieres problemas.

david                        Tengo que decírselos algún día.

omar                        ¿Tienes qué? Nadie te lo exige.

david                        Yo lo hago.

omar                        Y siempre te has exigido demasiado. Quieres darle gusto a la gente.

david                        No digas eso.

omar                        Aunque no lo diga, es cierto.

david                        No sé cómo tienes el valor de decirme eso y después besarme.

omar                        Te beso porque te quiero y te lo digo porque es cierto.

david                        Dices que me quieres.

omar                        Te quiero, pero quiero más a la verdad.

david toma la escoba de manos de omar, continúa con la tarea. omar se sienta y toma un libro, En el camino de Kerouac. Lo mantiene en sus manos, pero no lo abre.

omar                        ¿De qué hablaste con tus padres?

david                        De mis hermanos.

omar                        ¿Y de ti?

david                        No me gusta hablar de mí con ellos, siempre quedo como el idiota de la familia.

omar                        ¿Te extraña?

david                        Claro que no. Quieren que sea como ellos. No les gusta que sea un empleado. No les gusta que esté soltero.

omar                        ¿Y te vas a buscar esposa?

david interrumpe la tarea.

david                        ¿Qué carajo estás diciendo?

omar                        Te pregunto si vas a hacerles caso.

david                        ¡Claro que no! Sería una estupidez.

david sigue barriendo.

omar                        Estudiaste lo que ellos querían, donde ellos querían...

david                        Y me arrepiento.

omar                        Y ejerces la carrera que te arrepientes de haber estudiado.

david                        Porque no sé hacer más.

omar                        Si tú lo dices.

david                        No lo digo yo, lo dicen los trabajos que me rechazan porque no soy lo que piden.

omar                        Podrías seguir bailando.

david                        Ya no. He perdido práctica.

omar                        Y no haces nada por recuperarla.

david                        (Enojado) ¿Vas a seguir molestándome?

omar                        (Tratando de abrir el libro) Nada. No haces nada.

david                        Tú tampoco lo haces. Dices que odias escribir lo que escribes, pero no cambias tu estilo.

omar                        Es lo que vende.

david                        Es lo que te has acostumbrado a hacer. ¿No te molesta tener que usar un seudónimo porque no aceptas que esos libros son tuyos?

omar                        Un día voy a escribir lo que me gusta y le voy a poner mi nombre.

david                        “Un día.” Tampoco haces nada por lograrlo.

Silencio. omar deja a un lado el libro, que sigue cerrado.

omar                        Somos un par de frustrados.

david                        Tú puedes decir lo que quieras de ti, pero no me incluyas.

omar                        Estamos en esto juntos.

david                        No, no lo estamos. Nunca hemos estado en esto juntos, siempre me alejas, me rechazas. ¿Te das cuenta de que no conozco a ninguno de tus amigos? ¿A tu familia? Dices que no tienen problema con que seas gay, pero nunca vienen.

omar                        No tienen a qué venir, aquí no hay nada que les interese. Y no tengo amigos.

david                        Debes tenerlos. ¿Vas a decirme que sólo me tienes a mí?

omar                        Deberías saberlo ya.

david                        Nunca has sido abierto conmigo. Al principio sólo cogíamos y bebíamos vino. Me sorprendió mucho cuando me pediste que viniera a vivir aquí.

omar                        Es lo que quería entonces.

david                        ¿Ya no lo quieres?

omar                        ¡Claro que lo quiero! No estarías aquí si no.

david guarda silencio.

omar                        Sólo te tengo a ti.

david                        Omar, sabes que estoy contigo, pero no podemos seguir así.

omar                        ¿Así cómo?

david                        Atacándonos.

omar se acerca a david, toma la escoba de sus manos y la deja caer.

omar                        No nos estamos atacando. Sólo somos sinceros. Dices que no me abro, pues aquí estoy, lleno de defectos y fallas, frente a ti, desnudo por completo. Así es cómo quiero verte, como eres, no con todos estos adornos que estorban. Así no puedo verte.

omar le quita poco a poco a david los lentes, la corbata y el reloj. Le acaricia el cabello y trata de besarlo. david lo rechaza.

omar                        ¿Y ahora?

david                        No sé si puedo seguir con esto.

omar                        ¿Qué es exactamente “esto”?

david                        Esto. Tú y yo. Tú siempre aquí, encerrado; yo, en la oficina. Mis padres sin saberlo, los libros pesimistas, las conversaciones chocantes.

omar                        Creí que era lo que te gustaba de mí.

david                        Si, me gusta que seas enigmático. Pero no que lo seas conmigo.

omar                        No soy así contigo. Y si lo hago, no es para esconderme, es para mostrarme tal cual soy. No puedo ser de otra forma, aunque lo intente.

david                        Deberías esforzarte más.

Oscuro parcial, cenital a omar.

omar                        He tenido muy pocos amigos a lo largo de los años. Justo ahora tengo dos: David y Ernesto. Él vive en provincia. Hablamos poco, pero nuestra conversación es honesta, aunque también es incómoda porque es por medio de una pantalla. A David lo tengo en mis brazos y quiero ser con él tan auténtico como pueda. (Risa burlona.) Auténtico. Es divertido lo mucho que la palabra ha perdido su significado. Nada es auténtico, como nada es real. Todo está cubierto de un velo de apariencia. (Pausa) Cuando conocí a David yo estaba drogado y creo que él también. Quería pasarlo bien. Nunca imaginé que fuera a encontrarme con alguien que me tomara del brazo, me llevara al suelo, me hiciera sentir frío en mis pies y después me elevara de nuevo, como dos aves que vuelan. Él nunca lo ha entendido, cree que finjo, que trato de hacerme el interesante con él, que le escondo cosas. A él más que a nadie he mostrado todo y no ha sentido repulsión al verme destruido, porque tal vez él también lo está. Él es mi vicio, mi droga perfecta, me hace sentir bien, tranquilo; pero también me desespera, me acelera el corazón y va a destruirme un día. Pero es lo que quiero: prefiero morir despedazado, sabiendo que no hay más que hacer, que verlo irse y hacer su vida al dictado de sus padres. Quiero salvarlo, pero primero debo salvarme yo. O todo se va a ir al carajo. Todo se va a ir al carajo otra vez.

Luz general.

david                        Tengo miedo de mirarte a los ojos un día y ver un vacío.

omar                        Tengo miedo que me mires a los ojos y no veas nada.

david                        ¿Tenemos que vivir siempre con este miedo?

omar                        No lo sé, no quiero pensar en ello. Quiero que me tomes de la mano.

david                        Silencio. Escucha, allá afuera. Las aves pasan volando.

david toma de la mano a omar, miran por la ventana. Oscuro parcial.

 

Agosto 2014

***

Eduardo Celaya Díaz (Ciudad de México, 1984) es actor teatral, dramaturgo e historiador. Fundó el grupo de teatro independiente Un Perro Azul. Ha escrito varias piezas teatrales cortas. Silencio, las aves pasan volando, texto cuya segunda escena reproducimos en exclusiva en Tachas, fue estrenado con elenco femenino en CUSI y con elenco masculino en Rombo Negro, ambos foros independientes de la Ciudad de México.

 

[Ir a la portada de Tachas 148]​