Es lo Cotidiano

EL DICCIONARIO BIOGRÁFICO DEL FRACASO LITERARIO

Yildirim Kemal

C.D. Rose (Traducción de José Luis Justes Amador)

Yildirim Kemal

Yildirim Kemal trabaja en un puesto de kebab en la calle Kingsland de Dalston. Mientras rebana doner, prepara kebabs y añade salsa picante a las órdenes para llevar de los borrachos beligerantes que constituyen la clientela de finales de la noche, siente un extraño orgullo en el hecho de que ninguno de ellos sepa que es un poeta.

El joven Kemal ganó el concurso de poesía de Estambul para menores de dieciocho años por una elegía al estilo otomano sobre la muerte de una gacela. Aunque la juzgaron derivativa, los jueces, sin embargo, decidieron otorgarle el primer lugar, considerando que era una alegoría inteligente sobre la política turca contemporánea (aunque, en realidad, estaba inspirado por un documental sobre vida salvaje que Kemal había visto en la televisión).

La madre de Kemal estaba orgullosa de tener un poeta en la familia y animó a su hijo a que escribiera más. Una vez agotado el tema de la naturaleza, Kemal dirigió su mirada a la vida urbana y abandonó el estilo de sus ilustres predecesores de la puerta sublime por el de Nazim Hikmet. Su madre ya no estaba tan impresionada, por lo que Kemal dejó la pluma, abandonó la escuela y se fue a trabajar al negocio de importaciones y exportaciones de su tío. Sin embargo, el breve trago del éxito y la llamada de la musa resultaron fuertes, y Kemal gastó la mayor parte de sus días, trabajando más en versos modernistas que en la pilas y pilas de facturas de su mesa. En un intento de demostrarle a su desesperada hermana que su hijo no era un inútil, y también para librarse de un empleado improductivo, el tío de Kemal le pagó una (respetable) cantidad de dinero a un editor que preparó una edición de dos mil quinientos ejemplares de un delgado volumen de poesía de su sobrino.

Se vendió una sola copia.

La madre de Kemal ni siquiera compró uno, esperando que se lo regalaran o su hijo o su hermano (que en el contrato se había olvidado hablar de las copias del autor). Ninguno de los dos lo hizo. Kemal, abrumado por la falta de éxito y habiendo decidido que su problema era el público limitado que tenía la poesía en Turquía, decidió mudarse al Reino Unido para mejorar su inglés.

Alguien se podría preguntar por qué Yildirim Kemal ha sido incluido en el DBdFL. Un ejemplar vendido de un libro publicado es, después de todo, un éxito mayor que el de la mayoría de los otros autores. Moby Dick vendió apenas un puñado de copias y Cumbres Borrascosas incluso menos.

Lo más triste del caso es que la única persona que compró el libro pensaba que era un poemario escrito por el delantero centro del Hacettepe que se llamaba igual que Kemal. Al descubrir su error el comprador, un anciano octogenario de Ankara, deslomó el libro y cada día utilizaba uno de los poemas de Kemal para envolver su kebab.

Y aun así, cada noche, mientras Kemal embute ensalada en la pita o pone salsa de ajo en los pollos, piensa en esa única persona que ahí afuera, en Diyarbakir o en Batman, en Erzurum o en Van, en Fener o en Cihangir, lee su trabajo y sueña.

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