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Cristóbal Balenciaga en el Museo de Arte Moderno

Gabriela Mosqueda

Cristóbal Balenciaga en el Museo de Arte Moderno

Cristóbal Balenciaga fue un modisto vasco que tuvo un auge notorio en la moda europea durante las décadas de los 50 y 60. Su talento y destreza como costurero se volvieron reconocibles y entonces el taller -o atelier- de Cristóbal Balenciaga se transformó en la marca Balenciaga, que cosechó éxitos durante cincuenta años. El modisto se retiró en 1968 y murió en 1972. Luego, por los misteriosos avatares de la industria de la moda, la marca volvió a aparecer en 1997 y existe hasta la fecha, aunque ahora poco tiene que ver con lo que Cristóbal hacía. Hasta aquí, todo historia de una persona y una marca de ropa.

El pasado 28 de abril se inauguró en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México la exposición Cristóbal Balenciaga, en lo que parece un intento por gestionar exposiciones que apelen a un grupo mayor (o uno diferente) al que acostumbra recibir el MAM. Es un hecho que me parece digno de reconocimiento: implica autoevaluación y crítica, que siempre son necesarias, pero es un intento que falla porque en la exposición de un diseñador de modas lo que menos hay son vestidos. Hay ocho, para ser precisos. Hay también un par de sombreros, unas reproducciones de figurines y poco más. Al centro de la sala se pretendió crear una especie de mausoleo místico para seis de los ocho vestidos, con luces tenues y paredes oscuras, pero lo que se logró es que se perdieran todos los detalles de las prendas. Auguro vitrinas llenas de la grasita de las narices y frentes de gente que tuvo que pegar la cara al cristal si quería ver algo.

Para el tamaño de las salas del Museo de Arte Moderno estamos hablando de un claro problema de insuficiencia de obra, que se resolvió rellenando. Se tomaron fotos de vestidos, se utilizó obra del Museo de Arte Moderno (cuadros de Diego Rivera, inclusive) como relleno y el resultado final es decepcionante. Tristemente, el intento de resolver la insuficiencia de obra se percibe como que se intentó tomar el pelo a los visitantes y eso es peor que haber comunicado la exposición como lo que es: modesta y pequeña.

Este tipo de exposiciones dedicadas a la labor de diseñadores de moda se han venido gestionando de un tiempo a la fecha casi siempre con gran éxito. El diseño de moda nos parece mucho más cercano que otro tipo de manifestaciones de las artes y de las artes aplicadas porque lo vestimos y, cuando se hacen bien, logramos entender todas las referencias históricas o artísticas del diseñador, el trabajo creativo, el genio técnico, el contexto histórico o, en el mejor de los casos, todo esto al mismo tiempo. Aunque habríamos de preguntarnos si las marcas de la industria de la moda necesitan más publicidad o más dinero del que ya tienen y si influyen o perpetúan estándares físicos o estéticos de las mujeres, si no terminan siendo una apología del elitismo y un montón de cosas más.

Esperemos que el Museo de Arte Moderno atrape a muchos incautos con boleto pagado en esta exposición, porque parece que de momento ya gastaron la mitad del presupuesto de este año en traer los ocho vestidos.

Cristóbal Balenciaga
28 abril - 04 sep, 2016
MUSEO DE ARTE MODERNO
Paseo de la Reforma y Gandhi s/n
Ciudad de M
éxico

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Gabriela Mosqueda (León, Guanajuato, 1986) es licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana León con Maestría en Museografía y Gestión de Exposiciones por el Instituto Superior de Arte de Madrid, España. Ha colaborado en museos estatales y federales, galerías y colecciones privadas en Guanajuato y la Ciudad de México, donde actualmente vive y trabaja.

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