viernes. 19.04.2024
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Anish Kapoor: Las raíces del cine

Fernando Cuevas de la Garza

Anish Kapoor: Las raíces del cine

El escultor nacido en Bombay en 1954, asentado en Inglaterra desde los primeros años de la década de los setenta, cuando llegó como estudiante, forma parte de las personalidades del mundo del arte contemporáneo que se han convertido en celebridades mediáticas, como Koons y Hirsch, por ejemplo, tanto por sus producciones como por los movimientos mercantiles que han generado.

En el caso del artista indobritánico, sus conocidas esculturas en espacios abiertos como la Cloud Gate en el  Millennium Park de Chicago; el Sky Mirror, exhibido en el 2006 en el Rockefeller Center de Nueva York; los Kensington Gardens en Londres en el 2010; el Leviathan en el Gran Palais de París en el 2011 y la Arcelor Mittal Orbit, concluida en el 2012 y ubicada en el Olympic Park de Londres, entre otras obras, le han dado enorme notoriedad entre públicos más amplios.

Además, los premios obtenidos a principios de los noventa, lo colocaron en el radar del mundo del arte. La combinación de origen (indio) y desarrollo (inglés) forma parte de su estilo particular, buscando la infinitud y las intersecciones entre un futuro inasible y la tradición, en donde se advierte el juego de las curvaturas propias de ciertas construcciones en la India y el uso del acero típicamente de un contexto industrial, como emanado de la revolución que tuvo lugar en Inglaterra.

Una de sus obras más interesantes es Cinema Earth, una construcción que penetra en el suelo de un hermoso prado rodeado de pequeñas montañas al cual parece mimetizarse, simulando una especie de pantalla por la que se puede ver la tierra desde dentro, a través de un recorrido en el que nos enterramos para trastocar nuestra habitual perspectiva del mundo, casi siempre con los pies en la realidad tangible. Una mirada desde las entrañas de nuestro planeta que nos permite sentirnos parte de él y no sus dueños absolutos.

Fue concebida en 1995 (de acuerdo a su página web) y se instaló en el Parque Nacional de Pollino, Italia en el 2009. Mide 45 metros de largo, 3 de ancho y 7 de profundidad; está hecha básicamente de concreto y tierra. Bajo su principio de crear mitologías a través de los objetos, en esta construcción parece fundirse una invención típicamente humana (el cinematógrafo) con la propia naturaleza, como si de una película permanente se tratara: una historia a larguísimo plazo, en la que los cambios se van dando de manera pausada pero irreversible.

Desde lejos, la obra parece un decorado de jardín con elementos naturales pero indudablemente con la intervención humana; se vislumbra como si se tratara de un pequeño montículo en medio del valle, rompiendo la homogeneidad del terreno aunque dando la idea de pertenecer al ambiente: un detalle natural que siempre ha estado ahí. Al verla se siente el deseo de acercarse para ver qué puede haber del otro lado, aunque también podría asemejarse a un animal que descansa pacíficamente sobre el pasto. En este sentido, podría pensarse que la obra se inscribe dentro de la tendencia conocida como Land Art.

Ya desde adentro, se puede apreciar una abertura por la que podemos penetrar a las entrañas de nuestro planeta, un poco como el momento en el que nos introducimos a una sala cinematográfica y quedamos a merced del filme que está a punto de proyectarse: en este caso, un retrato de nuestra propia tierra en el que los protagonistas son la inexorable evolución y los seres vivos que la acompañan.

Una película que quizá ya hayamos visto pero que cada vez que volvemos a ella tiene la capacidad para adquirir nuevos significados, en particular porque ya no seremos los mismos espectadores que la ocasión anterior, y acaso porque las transformaciones más imperceptibles suelen ser las más trascendentes. Las bardas blancas de concreto brindan un efecto similar al ingreso a otro mundo, diferente pero extrañamente familiar, sobre todo por el contraste con la oscuridad de la tierra, de donde paradójicamente nace la posibilidad de transformar la mirada.

Anish Kapoor se presenta en nuestro país con la exposición Arqueología, Biología, ubicada en el Museo Univeristario de Arte Contemporáneo de la UNAM. Se recupera un muestrario de su obra escultórica y de instalación realizada desde 1980 a la fecha, y se exhibe hasta el 27 de noviembre del 2016.

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