Es lo Cotidiano

Diplomado en terrorismo

Andrés Baldíos

Diplomado en terrorismo

Un gesto a los victimarios de

Orlando, Florida; Niza, Francia; y León, Gto.

Lo que deben hacer es responder por quienes no tienen los cojones para dar la cara de una de las realidades que atormentan la unificación de las sociedades: la falta de conciencia. Deben formar parte honoraria del horror en carne propia, de los responsables de la irresponsabilidad, de los seres humanos iguales a cualquier otros que juzgan la valía de un bebé chupando tiernamente la tetilla de su madre sólo por estar un asiento más atrás en el anfiteatro de la vida; ya ni siquiera una vida específica (política, económica, social: los arquetipos), sino simplemente la vida que le corresponde a los seres de este mundo.

Lo que deben hacer es rendir homenaje a una totalidad que ni ustedes mismos logren comprender. Ya estarán demasiado extasiados en una deserción total de sus suministros más humanos, que no tendrán tiempo para arrepentirse de ningún acto. La espiritualidad, la racionalidad y la objetividad habrán sido los elementos despedidos para que ustedes tomen las grandes vacaciones de su vida. Vida es una cosa que, por cierto, deberán remover el mayor número de veces posible, de cualquier cosa que respire o no respire (si las rocas se pueden hacer añicos, ¿por qué no hacerlas añicos?)

Y deberán arrancar como salgan, deberán actuar como venga la cosa sin esperar mayor respuesta que una buena porción de economía ensangrentada. O coños para sus entrañas.

Lo que deben hacer es volarles la cara a todos, borrarles cualquier expresión posible y, si tienen tiempo, meter mano sucia en cualquier sangrada abertura por donde los parieron. ¿La cantidad exacta de objetivos eliminados? Miren, hay de todo. En este caso, que sea todo; mínimo, todo lo posible. De cualquier manera los reemplazos de dichas bajas serán instantáneos y además serán números, así que no titubeen, que la reflexión es para inútiles.

Lo que deben hacer es la nada. Deben crear la nada. Pero deben primero dar un espectáculo de suciedad. Generalicen; es decir, sean lo más explícitos posibles en cuanto al reguero de historias que extingan a su paso. mientras más suciedad ocasionen, más rienda suelta darán a los acontecimientos de la nada, donde no hay nada que pueda hacerse.

Esperen ser contratados. Si actúan de manera independiente, procuren no tener principios y vislumbrar a todo cuanto exista (inclusive a ustedes mismos) en un solo ángulo: lo que sube debe bajar, por las malas o por las fuerzas.

Su diploma lo recogen, por favor, en los baños al final del pasillo.

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Andrés Baldíos es escritor. Los primeros peldaños son peligrosos, su hasta ahora primer libro de cuentos, fue editado en 2012 por San Roque.

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