martes. 23.04.2024
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La ópera de los tres centavos

Maricela Guerrero

La ópera de los tres centavos

Esta llamada es para usted, para recordarle su deuda, para recordarle que usted avaló una inconsistencia: burbujas lo llamamos, hipotecas y créditos a los consumos: usted se endrogó o vio con buenos ojos que otros se endrogaran o sólo se hizo como que la virgen le hablaba mientras el despilfarro, eso decimos misericordiosamente. Rectifique su historial crediticio para que lo veamos de nuevo con buenos ojos, ojos misericordiosos y amantes y le mostremos el buen camino. Ahora lo vemos sombrío. Esta llamada es porque alguien nos habló de usted, pero nosotros lo vemos, tenemos claro que usted es un ser visible, lo llamamos sujeto de crédito o descrédito en esta ficción que llamaremos la ópera de los centavos. Esta llamada es para que vea que su vida es nuestra vida, que usted eligió firmar en un pacto donde usted le da el valor a las cosas que nosotros decimos que valen: pacto ficcional, entre el lector, el autor y los personajes, así lo veremos con buenos ojos, para que vea que lo vemos como queremos y lo queremos tanto. Lo sabemos todo de la gran ficción que armamos juntos donde lector y personaje firman al autor y son autores y ven con muchos ojos: todo mundo sabe de lo mucho que nosotros sabemos de todos porque usted decidió ser un sujeto de crédito y creernos esas cosas del valor y la fidelidad: usted firmó y nos abrió las puertas de su casa, de todas maneras nosotros diseñamos las puertas y las cerraduras; antes de las firmas nosotros le abrimos la puerta al mundo de la ficción, convención dramática donde le decimos cómo debe de sentirse y sentarse donde valoramos lo que para usted es importante y le damos un plus: la visión y la misión y la fidelidad la credibilidad. Así lo vemos misericordiosamente amorosamente, ¡No estamos aquí nosotros que somos vuestros corporativos! ¡Bienaventurados los deudores porque de ellos será nuestro reino! Los ojos buenos o malos dependen del compromiso amoroso con nuestra ficción. Esta llamada es para recordarle sus obligaciones con esta gran ficción y recordarle que lo sabemos todo: recordarle su pasión dramática, el conflicto que provocan los buenos y los malos ojos. Esta llamada es para que sepa que nosotros lo sabemos, ¿usted sabe algo? Le recordamos que sus datos están en nuestras manos y que nos place ponerlos a la vista de todos: le recordamos que usted nos dio su firma con su poder y por su propio pie y que de eso penden nuestros ojos. Le recordamos con los ojos llorosos con la voz más tembleque y efectiva, la voz de carraspera; la voz, esa voz que podríamos llamar del tiranuelo que tenemos, que usted no puede hacer nada ni criticar los procedimientos ni decir nada ni a favor ni en contra de nuestra institución, nuestra misericordiosa institución lo ama, porque en nuestra ficción usted tiene los pies y todos quedamos de acuerdo, aquí convenimos. Le recordamos que aquí no criticamos nada, aquí queremos que usted sepa que no pretendemos hacerle daño hasta que se demuestre lo contrario, aquí la ficción está a la vista de todos, no responda, sólo vea y le mostraremos el camino. Y recuerde que los procedimientos nunca se cuestionan porque eso significaría dos cosas, la primera o que nosotros, los que determinamos los procesos así como la ficción en que convenimos todos: son muy tontos o que los procedimientos que determinamos, lo son: y en nuestra infinita misericordia, eso es imposible. Esto nomás es para que lo sepa. Camine por la derecha, váyase por la derecha, la sombrita, que no está viendo nuestra infinita misericordia.

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Maricela Guerrero (Ciudad de México, 1977).  Estudió letras hispánicas en la UNAM. Ha publicado Desde las ramas una guacamaya (Bonobos / CONACULTA, 2006), Se llaman nebulosas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010), Kilimanjaro (Mano Santa, 2011) y Peceras (Filodecaballos, 2013). Su trabajo ha sido antologado en Efectos secundarios (Madrid: Anaya, 2004), Divino tesoro (México: Casa Vecina, 2008) y Cuatro poetas recientes de México (Buenos Aires: Black & Vermelho, 2011). En 1998 y 2000 obtuvo el  primer premio en el Certamen “Después del Discurso” (dentro de la Cátedra  Extraordinaria Sor Juana Inés de la Cruz). En 2008 y 2010 obtuvo la beca para Jóvenes Creadores del Fonca.

El texto aquí publicado aquí fue extraído del libro El tema de la escrofularia, coeditado por la Editorial Piedra Cuervo y Ediciones de la Esquina en noviembre de 2013, y reproducido en Tachas gracias a una colaboración con el sitio Poesía Mexa.

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