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La XVII Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen

Gabriela Mosqueda

La XVII Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen

Las bienales -de fotografía, de arquitectura, de arte contemporáneo- tienen una importancia particular: al presentar trabajo que no necesariamente ha sido producido desde una institución cultural y al no ser parte del mercado del arte, nos pueden mostrar el pulso independiente y las tendencias artísticas en un periodo de dos años; de ahí el nombre, bienal.

Anteriormente había hablado de la historia y la conformación del Centro de la Imagen, una institución de la Secretaría de Cultura -originalmente parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes- que tienen entre sus actividades primordiales la organización de esta bienal que, cuadrando las cuentas, en su edición XVII cuenta ya con 34 años de vida en fotografía.

Cada bienal suele tener un tema alrededor del cual se envían las aplicaciones de los participantes, que aspiran a ganar no sólo el reconocimiento para formar parte de la selección oficial, sino muchas veces un premio monetario o en especie. El tema de esta edición 17ª proponía una lectura del estado contemporáneo de la imagen, teniendo en cuenta que imagen no sólo comprende la fotografía sino muchas otras plataformas, y considerando también su omnipresencia en el siglo XXI. El premio de adquisición -que significa que está valuando y comprando la obra fotográfica en ese precio- fue de 120 mil pesos, así como equipos fotográficos donados por Canon, patrocinador de la Bienal.

Se otorgaron dos de estos premios a Ana Sofía Ayarzagoitia Cantú y Diego Rómulo Berruecos Martínez, ambos con trabajos fotográficos en serie. El primero intenta mostrar la relación de complicidad e intimidad establecida por la fotógrafa con un grupo de migrantes primordialmente africanos en la ciudad de Madrid, y en el segundo Berruecos retrató 26 gasolineras abandonadas en México, reflexionando sobre la crisis del sector petrolero en un país cuyas finanzas dependen de los hidrocarburos.

Se otorgaron menciones honoríficas al trabajo de 11 postulantes y se seleccionó también a otros 49 participantes para la exposición oficial de la Bienal, que -después de toda esta explicación- es la exposición que tuve oportunidad de visitar en el Centro de la Imagen.

He de decir que la explicación es necesaria para comprender de qué va la exposición, ya que para el trabajo de curaduría se contó con la opinión y colaboración de cada uno de los fotógrafos seleccionados en encontrar la plataforma expositiva que mejor lograra mostrar su trabajo y siendo así, lo que se muestra además de fotografías son videos, libros de autor, publicaciones en periódico, instalaciones, collages, cajas de luz y otras presentaciones que, si bien pueden funcionar para explicar la obra de cada uno de los participantes, se encuentran un poco desconectadas entre sí. Si no se sabe todo esto, al ver la exposición se puede quedar la sensación de que no se está entendiendo nada.

Caso aparte son los ganadores y seleccionados, a quienes se les han otorgado los premios y las menciones honoríficas de parte de un jurado compuesto por cinco expertos en fotografía, que han determinado que esas personas y no otras sean los galardonados. La verdad, la obra de la ganadora me parece un poco chiste racista y un poco falta de pericia fotográfica; tristemente no tengo otro modo de calificarlo. El jurado habrá tenido otras consideraciones mucho más profundas para otorgarle un premio de 120 mil pesos, pero la sensación general que he podido percibir es que la maestría en el manejo de la imagen de Sofía Ayarzagoitia no es evidente, ni su trabajo lo deja claro. La situación, además, es que su obra se encuentra montada entre mucha otra obra que parece mejor, y las comparaciones siempre odiosas resultan, en este caso, inevitables.

En fin. Opinar es fácil. Vale la pena ver cómo es que se construye la imagen fotográfica en los inicios del siglo XXI.

XVII Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen
09 diciembre 2016 - 12 marzo 2017

CENTRO DE LA IMAGEN
Plaza de la Ciudadela 2,
Centro Histórico, Ciudad de México.

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Gabriela Mosqueda
(León, Guanajuato, 1986) es licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana León con Maestría en Museografía y Gestión de Exposiciones por el Instituto Superior de Arte de Madrid, España. Ha colaborado en museos estatales y federales, galerías y colecciones privadas, así como publicaciones de arte y diseño en Guanajuato y la Ciudad de México, donde actualmente vive y trabaja.

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