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Oroxxo en Galería Kurimanzutto

Gabriela Mosqueda

Oroxxo en Galería Kurimanzutto

En esta ocasión, más que reseñar una exposición quiero hablar acerca de lo que la exposición misma ha provocado. Y es, por supuesto, el que muy a pesar de todos será el evento artístico del año: la exposición de Gabriel Orozco en la Galería Kurimanzutto (que en sí misma nunca tuvo un título, pero todos hemos decidido llamar Oroxxo).

Gabriela Mosqueda, - Oroxxo (3)

Para poder entrar en detalles hay que mencionar de qué se trata la exposición, y es que dentro de una galería bastante conocida en México por manejar y promover el trabajo de artistas como Dr. Lakra (que ha experimentado tatuando todas las superficies que son susceptibles de ser tatuadas, además de la piel), Abraham Cruzvillegas (que ha presentado sus obras de ‘Autoconstrucción’ en la Tate Gallery de Londres y en otros museos de México y el mundo) y Carlos Amorales (quién este año será el representante de México en la Bienal de Venecia).

Dentro de la galería Kurimanzutto se instaló un Oxxo completamente funcional, idéntico a cualquier Oxxo de la esquina de cualquiera de nuestras calles, con los mismos productos y los mismos anaqueles. Pero con una diferencia: en él se encontraban unos cuantos artículos que habían sido intervenidos por figuras geométricas que desde hace algunos años caracterizan el trabajo de Gabriel Orozco, el más famoso de los artistas contemporáneos mexicanos de nuestros días.

La instalación de este Oxxo ha logrado encender un debate en el que sobresalen las críticas y descalificaciones, muchas de las cuales no dejan en claro qué es lo que odian de la obra, sino simplemente que la odian porque “es una mamada”. O sea, que en sentido estricto no estamos ante un debate, visto que el diálogo y la argumentación son inexistentes, sino ante la descalificación y el insulto.

Debo mencionar también, como lo he hecho ya antes en varias ocasiones, que a mí me gusta el arte contemporáneo. Pero hay arte contemporáneo bueno y malo, como hay fotografía buena y mala y como hay pintura y dibujos buenos y malos. De hecho, si lo pensamos históricamente, debe haber muchísima más pintura mala que arte contemporáneo malo, simplemente porque tiene muchos más siglos de existencia.

Gabriela Mosqueda, - Oroxxo (4)

No intento defender el trabajo de Gabriel Orozco porque me parezca fantástico, sino porque el arte contemporáneo y el arte conceptual no se tratan de demostrar una habilidad técnica -algo con lo que básicamente se nace o no- sino de provocar una reflexión, porque todos podemos y deberíamos hacerlo. Y por eso me sorprende mucho el total y completo rechazo a reflexionar. Simplemente hacer el intento de pensar qué me quiso decir este hombre poniendo un Oxxo adentro de una galería. No es un ejercicio difícil, no demanda un intelecto superior, no intenta hacerme sentir tonto. Tampoco quiere decirme que entonces comer un Vikingo ahora es una obra de arte, sino que apela a un espacio de comercio del que nos hemos apropiado tanto, que forma parte del contexto de toda una nación, de nuestros chistes y rutinas cotidianas como un referente que todos podríamos entender.

¿Qué pasaría si pudiéramos comprar arte en un Oxxo? ¿Cómo funciona el mercado del arte? ¿Cómo se asignan los valores en ese mercado? De esto es de lo que la exposición trata, a decir de José Kuri, uno de los directores. Pero al igual que todo el arte, está abierto a las preguntas que queramos plantearle. El problema es que no parece haber ninguna, sólo enojo.

Quizá al utilizar un espacio tan “nuestro” la gente lo haya tomado como un agravio, pensando que ellos mismos pudieron haber hecho esa obra en su Oxxo más cercano y ganar así “muchos millones”. Quizá aún no hemos llegado a aceptar que después de casi 100 años, con Marcel Duchamp, el arte conceptual es algo que no desaparecerá porque creamos que es una tontería. Quizá nuestra misma educación ha logrado que pensemos que únicamente la pintura y la escultura pueden ser considerados arte. Quizá a la gente simplemente no le interesa pensar en algo que le proponen; mejor pónganme enfrente algo bonito. No lo sé.

He pensado varios días sobre esto, y he leído todos los comentarios odiosos al respecto y sigo pensando, sigo pensando.

Finalmente, al escribir esto concluyo que si pude reflexionar al respecto de todas estas cosas después de ir a un Oxxo -aunque esté dentro de una galería-, eso ya es trascendental.

No recomendaré que vayan a ver esta exposición si no quieren, aunque es gratis y te regalan un billetito que puedes cambiar por producto del Oroxxo. No la vean, pero piensen al respecto. Piensen sin odios, y piensen sin prejuicios. Ya con eso, resultó ser una grandísima exposición.

Gabriel Orozco
08 febrero - 16 marzo 2017

KURIMANZUTTO
Gob. Rafael Rebollar 94
San Miguel Chapultepec, Ciudad de México

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Gabriela Mosqueda
(León, Guanajuato, 1986) es licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana León con Maestría en Museografía y Gestión de Exposiciones por el Instituto Superior de Arte de Madrid, España. Ha colaborado en museos estatales y federales, galerías y colecciones privadas, así como publicaciones de arte y diseño en Guanajuato y la Ciudad de México, donde actualmente vive y trabaja.

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