viernes. 19.04.2024
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DIARIO DE NAVEGACIÓN

Abstinencia [XI]

José Luis Justes Amador

Abstinencia [XI]

Marzo, 21

¿Cuánto tiempo se puede aguantar con un propósito incumplido? ¿Cuánto puede aguantarse el fracaso un día tras otro?  ¿Cuánto puede un hombre vivir con la vergüenza de no lograr algo que él mismo se ha propuesto?

Releo lo que acabo de escribir y me doy cuenta de que habla, en efecto, de mi relación con el cigarro. Y con otras muchas cosas más.

Marzo, 22

He vuelto, creo que por quinta vez, a mi marca habitual. Aunque mantengo una dosis bastante inferior a la de finales de año, todavía no es suficiente. He probado a esconder los ceniceros en la casa, pero da lo mismo porque como yo los escondo, soy capaz de encontrarlos en cuanto me lo propongo.

De hecho no hacen falta ceniceros para fumar. Se puede tirar la ceniza en miles de sitios. Me consuela saber que, según algunos libros de remedios, la ceniza de cigarrillos es beneficiosa para las plantas.

Marzo, 23

He visto muchas películas este año. Más de las que habitualmente veo. Me doy cuenta de que cuanto más moderna es, menos fuman los personajes. He visto cine negro, todos fuman, y en estos momentos toda la saga de Harry Potter, y nadie fuma.  El sábado pasado me fijé que uno de los avisos finales de la cinta –me quedo hasta el final de las películas, el final real- decía: “esta película no ha recibido pago alguno de ninguno de los fabricantes de tabaco para que aparecieran sus productos en ella”. Lo mejor es que en esa película no fumaba nadie.

Marzo, 24

Leo en El País una nota. A este paso me convertiré, ojalá, en un experto en las relaciones entre tabaco y cualquier otra cosa. La nota habla de cómo ha ido bajando el consumo de los productos derivados de la planta en los últimos veinte años. Me gustaría ver un artículo sobre cómo los fumadores han ido, poco a poco, convirtiéndose en apestados sociales.

Marzo, 25

Parece que no lo voy a encontrar. Googleo para ver si alguien lo ha escrito. Encuentro apenas apuntes, notas breves, recuerdos de otra época gloriosa. Lo comenzaré yo.

Marzo, 26

Empezará así.

“Recuerdo mi primer viaje transatlántico. Recuerdo que fue la primera vez que escuché la palabra ictiólogo. Mi compañera de asiento lo era. Pasamos todo el vuelo fumando uno tras otro, excepto cuando, amables, ella o yo, a veces los dos, cedíamos el asiento a aquellos que no habían tenido la suerte o la prudencia nuestra, la de comprar un asiento en una de las cuatro últimas filas, las destinadas a fumadores”.

Pienso en recuerdos de la adolescencia, en fumar a escondidas y en lugares donde ostensiblemente estaba prohibido. Pienso en los primeros cigarros. Pienso en los últimos aunque no sé cuál ha de ser el último.

Marzo, 27

Vuelvo a releer el libro de Verdú, “Días sin fumar”. Lo que quiero intentar es justo lo contrario. No contar el final de la relación con el tabaco sino su inicio.

Marzo, 28

Mantengo desde ayer dos diarios al mismo tiempo. Escribo más rápido de lo que puedo incluso leerme. No fumo cuando escribo el de mi relación primera. Cuando escribo éste sí puedo fumar. Algo que de hecho hago.

Marzo, 29

Veinticuatro. Demasiado trabajo. Lo tacho para escribir la verdad. Demasiada diversión.

Marzo, 30

Cinco.

Marzo, 31

Viene el mes más cruel, según Eliot, o el mes más dulce, según Chaucer, al que Eliot corrigió. Durante este mes he logrado bajar la dosis, aunque soy consciente de que disminuir el número no es igual a cero. Pienso en esas ecuaciones irresolubles cuya única respuesta posible es “tiende a cero”.

I. me ofrece gelatina. La rechazo, la gelatina, claro, para obligarme a mí mismo  a no caer en las tentaciones y así practicar.

Para alimentar lilas de la tierra muerta, para mezclar memoria y deseo.

Abril, 1

Me levanto con el nuevo propósito. Han pasado tres meses. Ha habido altibajos. Ha habido momentos en que lo he logrado. Momentos en los que no. Casi cien días, los mismos en los que se pide a los gobiernos recién llegados que demuestren que pueden cumplir con sus promesas. Creo que reprobaría.

Abril, 2

La metáfora de ayer es estúpida. Los gobiernos tienen que responder ante la gente. De los propósitos, ante uno mismo. Fallarse a sí mismo es más vergonzoso. No necesariamente públicamente vergonzoso, pero lo es más.

Gil de Biedma lo decía mejor: “ Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, / y la más innoble / que es amarse a sí mismo!”

Él dejó su amada ginebra por recomendación del médico. De tajo. De un día para otro.

Abril, 3

Corrijo una  novela que quiero mandar a un premio y me doy cuenta de que fumo más cuando corrijo que cuando escribo.

Abril, 4

Se la pasan fumando en la novela. Incluso cuando los personajes están en un lugar donde no se puede fumar, salen para hacerlo. Quién sabe si tocará un jurado anti tabaco.

Abril, 5

Durante tres días he logrado bajar la dosis. Se acerca una época de cumpleaños y no creo hacerlo. O tendré que declinar las invitaciones. Algo que, me conozco, es imposible.

Abril, 6

Cero. Lo logré.

Abril, 7

Volví a caer. Cada día se parece más al amor esto que siento.

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