Hace casi cien guías atrás escribía, sin disimular la emoción, sobre el primer libro de un académico israelí que trazaba la historia evolutiva de la humanidad desde sus inicios como especie hasta vislumbrar lo que nos depara el futuro. De animales a dioses, (Guía nro. 130) de Harari, finalizaba con los grandes retos que afronta la humanidad con una claridad y objetividad deslumbrantes. Su capacidad para imbricar en su discurso biología, antropología, historia, sociología, política, tecnología y filosofía, brinda al lector eso que los gringos llaman la “big picture” del devenir humano. Algo que se echa de manos al leer los diarios o ver los telenoticieros.

A finales del año pasado, se editó en español Homo Deus, breve historia del mañana, (Debate, 2016) donde el mismo autor ahonda en el porvenir que nos brinda el conocimiento actual, hacia dónde se encamina la investigación y la tecnología. Es un libro para leer con lentitud, para aquilatar los comentarios fundados tanto en la historia de nuestra evolución, como en lo más reciente de la exploración de la ciencia. Harari parte de un punto de  vista que puede sorprender a muchos, contrario a la opinión de muchos respecto al siglo XX, éste permitió a nuestra especie librarse de los tres grandes azotes milenarios: la peste, el hambre y la guerra. Los avances en medicina, agricultura, sistemas de comunicación, economía y política, cambiaron la faz de la tierra a una velocidad nunca antes registrada.

Los retos de la humanidad para el siglo XXI apuntan hacia otras direcciones. El autor presenta tres grandes retos esbozados en su libro anterior. El hombre (que se acerca a cambiar como especie y transformarse en algo que todavía no imaginamos) ansía alcanzar tres estados: la inmortalidad, la felicidad y la divinidad. El primero consiste en prolongar la vida y/o mantener la juventud gracias a la tecnología hasta extremos que no habíamos conocido en la historia humana. El segundo plantea dilemas éticos que cuestionan nuestros sistemas económicos y filosóficos, otra visión de la revolución de las expectativas que plantea Moisés Naim en su Fin del poder (Guía 137). La última nos acerca hacia una nueva especie que diferirá en tan gran medida de la homo sapiens que conocemos, que el autor decide bautizar su libro con ella.

Sí, este es un espacio demasiado corto para explicarlo de forma exhaustiva, y por ello animo al lector a sumergirse en las casi 500 páginas que no tienen desperdicio, y permiten además dirigirse hacia temas específicos dada la completa bibliografía que lo acompaña. Le garantizo que no se arrepentirá.

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