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Una sobre Brian y Carl Wilson: Beach Boys Forever

Javier Morales i García

Una sobre Brian y Carl Wilson: Beach Boys Forever

Alguien me dijo que si la gente escuchara más a los Beach Boys, este sería un mundo mejor. Es un buen consejo. También es una buena terapia hablar sobre ellos. Contar cosas que no son muy conocidas o que han pasado desapercibidas.

1966 fue un año especial para ellos. Good Vibrations fue un gran éxito alrededor del mundo y sus conciertos en Inglaterra habían sido uno de esos acontecimientos que aún hoy se recuerdan por sus fans. Brian Wilson sonreía con un titular de un periódico británico: "Los únicos rivales de Los Beatles vienen a Inglaterra y toman el aeropuerto por sorpresa." Ya se sabe que Brian tuvo su época de obsesión por The Beatles y que escuchó muchísimo el Sgt. Pepper y el White Album. Pero Brian también tenía otra obsesión: era la pared de sonido de Phil Spector. Él oía algo parecido en su cabeza.

Cuando Brian obtuvo sus primeros éxitos, Capitol Records le dio carta blanca para ejercer de productor de otros grupos y así darle salida a sus composiciones. Wilson ejerció de Spector en diferentes sesiones para nombres como Rachel and The Revolvers, Sharon Marie, The Survivors, The Honeys, American Spring (en estos dos últimos estaba quien sería su esposa hasta 1978: Marilyn Rovell) entre los años 1962 hasta 1965 y con canciones firmadas por Wilson junto a nombres como Mike Love, Gary Usher, Van Dyke Parks y otros. Esta fue realmente la forma de empezar a experimentar con los estudios de grabación y estas sesiones primerizas le llevarían a algunos de sus futuros éxitos, como el ya nombrado Good Vibratrions, por ejemplo.

De vuelta a Beverly Hills y a la casa de Brian, todo el mundo quería trabajar con él: el Fabricante de Números Uno. Los Beach Boys crearon también en 1966 su propio sello: Brother Records, un año antes que el sello de los Beatles, Apple Records. Había sido una idea de un ejecutivo discográfico llamado David Anderle, buen amigo de los chicos de la playa. Esas dos palabras, Beach Boys, eran como un encantamiento mágico. Podían ser cualquier cosa: una marca de fábrica, unos dibujos animados, una clase de tabla de surf, una película... ¡la lista sería interminable! Brian prefería estar ocupado desarrollando ideas para futuros elepés. Sobre todo, dos ideas volaban en su cabeza: un disco de sonidos acuáticos (es decir, lo que oye un surfero en el tubo o algo parecido) y lo que tenía que ser la continuación del Pet Sounds, que se iba a llamar Dumb Angel, pero que al final se llamó SMiLE. Brian Wilson creía firmemente en el poder curativo de la risa. Este disco iba a ser editado en el mes de diciembre de 1966, pero esos cachitos de música, esa especie de puzzle que solo estaba en su cabeza no terminaba de encajar. Sólo Wilson y Van Dyke Parks, el letrista, sabían que aún faltaba tiempo. El resto del grupo pidió explicaciones. Pidió razones y Brian, simplemente, no supo qué decir.

El resto de la historia es más conocida (el disco no llegó a salir) así que llega el turno de una elipsis narrativa. Retazos de historia, saltos en el tiempo. El sonido de las olas rompiendo en las piedras...

Carl Wilson, hermano menor en los Beach Boys, murió en 1998, exactamente el 6 de febrero. Todo era misterioso en Carl. Era un gran compositor de canciones pop, era el que le ponía cordura a todo aquello... Era el hermano de hermanos, el que siempre quiso tener un grupo de rock and roll. Siempre estuvo en medio de Brian y los demás. Pero llegó un momento en que se hartó de todo lo que le rodeaba. Las olas ya no eran lo mismo y él era el único surfero del grupo. Se cansó de tomar LSD y hasta se hartó de Brian Wilson. Carl pensaba que no tenía tanto talento como los demás pero tenía carisma; Carl era el que hacía reír con sus bromas a Mike Love, Al Jardine y a Brian... pero después se peleaban y se odiaban. Él no era especial, él no era guapo y no se veía simpático. Su figura estaba oscurecida por los demás - o eso es lo que pensaba Carl. Millones de seguidores de los Beach Boys no concordaban con él. Para sus fans, Carl era la verdadera alma del grupo y siempre lo demostró. Cuando los ejecutivos de la Capitol mantuvieron un pulso con la banda por no entregar material que les gustase, el único que se mantuvo firme fue Carl.

Se atrevió a publicar el LP So Tough, un disco que fue editado con el nombre de Carl and The Passions (es decir The Beach Boys) y en donde compuso un tema con Jardine y Love, “All This Is That”.

Era el año 1972 y se suponía que las cosas seguían cambiando. Diez años después de aquel disco, Carl se decidió por fin a sacar discos con su nombre. Era el momento en que el resto de sus compañeros habían dejado claro que la banda ya no era lo más importante en sus vidas... o eso creía Carl.

Carl Wilson y Youngblood vieron la calle en 1981 y 1982, respectivamente. Dos grandes discos encantadoramente pop. Dos miniaturas de Pop Barroco y Rock casi adolescente y maduro a la vez. Unos grandes arreglos que eran como un guante para las canciones y la voz de Carl.

Esa pasión por la música, esas ganas de divertirse y bailar. Buenas vibraciones. Beach Boys para siempre. La Vieja Ola te da las gracias por hacer la canción más bonita del mundo...

Beach Boys para siempre.

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Javier Morales i García
(Tenerife, España) es editor del fanzine Ecos de Sociedad, la publicación mod más longeva en Europa. Desde inicios de los 80, escribe, reseña y edita; hoy, Ecos puede leerse en ecos-de-sociedad.blogspot.com.es. Es obseso de la música y el cine.

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