sábado. 20.04.2024
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De su nombre y dolor

No vemos. No nos movemos. No cantamos. Pero nos obligamos a abrir los ojos, brincar y gritar, porque la vida está incluso en quienes habitan ya el no ser, exigiendo saber qué de lo previsible no fue previsto y dónde los crímenes pretelúricos empezaron como sólo corrupción o indolencia e inmovilidad.

Y este Tachas 224 quiere ser sólo una taza de café o un caldo caliente o cigarro o frazada en los hombros de la mirada, del grito y de la danza exigente que trabajan en rehacernos al rehacerse.

Y va.

De su nombre y dolor