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ECOS DE LA FERIA DEL LIBRO DE MANIZALES [I]

Entrevista con Jorge Franco

Jaime Panqueva

Entrevista con Jorge Franco

Su Rosario Tijeras se convirtió en los últimos veinte años en un personaje de referencia en la Colombia literaria. Con el impulso de los medios masivos la nouvelle pasó a la música y el cine y se sigue reelaborando en la pantalla chica. Jorge Franco se siente satisfecho porque acaba de entregar el argumento de la segunda temporada de la adaptación que TV Azteca y Sony Pictures realizan con actores de México. Aproveché su visita a la octava edición de la Feria del Libro de Manizales (Colombia) para conversar con él durante unos minutos sobre su trabajo y planes futuros.  

JP: ¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?

JF: Desde la publicación de mi última novela, El mundo de afuera, estoy concentrado en la escritura de una nueva historia. Es una mirada a un Medellín mucho más reciente. Han pasado ya veintitantos años desde la muerte de Escobar, un momento que, considero, partió la historia de la ciudad en dos. Mi idea es contar, como telón de fondo, qué ha pasado a partir de entonces, con personajes que no lo conocieron y no vivieron su época. Hay también una historia de amor y el regreso de un joven a Colombia después de muchos años. Él es un personaje que me ha interesado mucho durante estos años, el hijo del narcotraficante. Ellos están en una especie de limbo; no quieren saber de ese mundo de mafia, y a la vez la sociedad los rechaza por ser hijos de quienes son, lo que los pone en una situación muy compleja.

JP: ¿Tiene relación con el hijo de Pablo Escobar, sus giras y la publicación de sus best sellers?

JF: (Ríe) No mucho, porque considero que el hijo de Escobar es un caso atípico, siendo su padre también un caso muy excepcional. Él es muy conocido, le han seguido los pasos muy de cerca. El mío es un personaje más anónimo, hijo de un personaje no tan conocido; educado, como muchos de ellos, en buenos colegios, buenas universidades. Muchos de ellos hablan varios idiomas... Su situación se vuelve muy compleja en una sociedad con doble moral que abrazaba al narcotráfico y luego le da la espalda.

JP: Medellín y este mundo del narcotráfico ha sido el cimiento para construir tu ficción, ¿qué paralelismos ves entre lo vivido en esta ciudad y lo que se vive actualmente en México con este fenómeno?

JF: Veo muchas similitudes, pero siempre he creído que en México todo es de mayores dimensiones. En México todo es grande. Cuando hay violencia, es una violencia a lo mexicano, muy grande, muy demencial. Veo similitud con lo vivido en Medellín porque Pablo Escobar manejó la violencia a esos niveles, con mucha sevicia, crueldad, para dejar un mensaje al Estado o a sus enemigos. Pero lo que me preocupa es qué va a pasar ahí, porque en el caso de Medellín, con la muerte de Escobar hubo muchos cambios. Buena parte de la sociedad y el gobierno local, a través de las alcaldías que se han ido sucediendo desde entonces, plantearon alternativas para salir de esa crisis, que han ido funcionando. También hay mucho por hacer, el tema del narcotráfico es algo complejo. Pero hicieron unos procesos de reintegración a través del trabajo y la cultura, que han sido muy importantes y que le han dado otra imagen a la ciudad.

JP: Pero, ¿es sólo una cuestión de imagen o ha habido cambios sustanciales?

JF: No, claro, la imagen obedece a una realidad. En la época más dura de Escobar se intentaba proyectar otra imagen, pero no funcionaba, porque la realidad era tan fuerte que opacaba cualquier campaña mediática o publicitaria que quisiera mostrar una imagen diferente. Pero ahora la realidad está reflejando esos cambios. Obviamente, la tarea es muy larga y hay temas pendientes. El narco no ha desaparecido y mueve tanto dinero que siempre podrás encontrar grupos de jóvenes o adultos dispuestos a jugárselo todo para conseguirlo. 

JP: Yo percibo en México el mismo pesimismo que vivíamos en Colombia en los momentos más difíciles del narcotráfico. ¿Lo ves igual?

JF: Exacto, lo veo muy parecido. También en ciudades como Cali, que tuvo una crisis social muy fuerte con su cártel, y les ha tomado mucho tiempo salir de esa depresión, de ese pesimismo. México debe buscar caminos para plantear salidas a la violencia, impunidad y corrupción de narco, que genera a su vez un círculo vicioso de más violencia y corrupción.

[Continuará]

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