Si bien el título fundamental de Choderlos de Laclos ha variado editorialmente de Las amistades peligrosas a Las relaciones peligrosas, podemos decir que sean amistades o relaciones el adjetivo es invariable. Prolonguémoslo a Madame Bovary y Una temporada en el infierno de Gustave Flaubert y Arthur Rimbaud. El lector, sin duda, ha establecido una relación o una amistad peligrosa con ese trío irredento de la literatura francesa que abarca casi un siglo, de acuerdo a sus años de publicación: de 1782 a 1873, pasando por 1856 y 57. Son obras que además han contribuido a cambiar la mirada del lector de literatura. Y a su vez, ese ojo tocado por la esquirla demoniaca de la crítica ha incidido sobre estas obras fundamentales en el desarrollo de la literatura moderna.

Tachas 23 presenta 3 relaciones peligrosas con estos textos. La irreverencia y la heterodoxia puede marcar estas lecturas y a estas lectoras.

Fátima Isabel Olvera Salas se asoma a la obra de Choderlos de Laclos y se centra en la figura de la villana.

María Guadalupe Larios Castro pasea por Madame Bovary, pero su mirada va sobre Charles Bovary y no sobre la heroína.

Chelseae Yarazel Carrillo Carrillo cerca Una temporada en el infierno en tres pliegues. Tan peligrosa es la obra que se examina, como la mirada de estas lectoras.

Isaac Raúl Zepeda Romo nos entrega un poema para desafiar a la rutina y Filiberto García un cuento sobre unas flores asesinas.

En Memorias del subdesarrollo la urraca ladrona nos trae un texto de las memorable Benita Galeana.

En El Occipital de Einstein (Ciencia) Jesús Madrigal Melchor y Raúl Alberto Reyes Villagrana hablan de los semiconductores y sus aportaciones a las comodidas de hoy.

En El Parietal de Chomsky (comunicación y lenguaje) Arely Valdés juega con los problemas de la traducción.

En Un ratito de tenmeallá Juan Francisco Camacho nos recomienda Blue In The Face de Paul Auster & Wayne Wang y Alejandro García El país del miedo de Isaac Rosa.

En Viborero encontrarán lo necesario para relaciones o amistades peligrosas. La mirada la ponen los lectores.