Es lo Cotidiano

CUADERNO DE VIAJE

Abstinencia [42]

José Luis Justes Amador

Abstinencia [42]

Noviembre, 13
La propuesta para esta semana es la de mantener los diez cigarros al día para en noviembre darle un nuevo ataque a los números y bajarla hasta cinco y el treinta y uno de diciembre a cero. Comenzar el año en cero. Suena bien.

Noviembre, 14
El problema es que vuelvo a estar donde empecé pero con un año más de derrotas.

Noviembre, 15
Llevo tres días fumando solo diez cigarrillos. El tiempo da lo mismo, pero me mantengo firme en no volver a prender uno cuando se acaba el número. Hoy a las dos de la tarde ya había terminado los previstos por diversas circunstancias. Pasé toda la tarde en la cama durmiendo para evitar la tentación. No había escrito en el diario. Me levanto y escribo estas líneas con un picor constante en las manos y en la garganta. No de dolor sino de ansiedad. Prendo uno para felicitarme por haberlo logrado.

Noviembre, 16
Salgo de fiesta. Todos fuman. No me gusta sentirme el bicho raro y diferente de la reunión. Tres días son ya todo un record. No creo que pase nada por saltarme la norma un solo día. Hoy, además, les tuve que explicar a los alumnos los verbos modales. Obligación, necesidad y consejos. Todos los ejemplos tenían que ver con el tabaco.

Noviembre, 17
Me levanto con una espantosa resaca de tabaco. Además es el día más frío del año por ahora. Niebla con sol y un aire helado. Se me cierra la garganta y no puedo hablar. Decidimos hacer un examen para preparar el final que tienen pronto. Con eso me evito hablar. Mientras se preparan salgo a fumar un cigarrillo.

Noviembre, 18
Escribo quince versiones diferentes de un mismo poema. A cada nuevo intento prendo un cigarro. Cada versión es, creo, mejor que la anterior. Pienso en Beckett. No sé si fumaba. Me pongo una tarea para el año que viene. Cuarenta y cinco escritores, cuarenta y cinco fotografías de escritores fumando. Un breve ensayo sobre cada uno. Ya sé también a quien se lo dedicaré.

Noviembre, 19
Hoy sólo fume cinco cigarrillos. Mi única duda es si eso hace que mañana pueda fumar quince.

Noviembre, 20
Es lunes. Todo el mundo está de asueto. Yo por algún extraño misterio académico tengo que ir a trabajar. Es lo malo de los cuatrimestres. Tienen que ser reales. Si no, se quedarían en menos que trimestres y no se podría enseñar ni aprender nada. No sé por qué hoy fumé demasiado.

Noviembre, 21
Se acerca el fin del curso y el fin del año. Llevo unos cuantos días sin salir a beber. Me quedo encerrado en casa. Fumo menos en casa. Una amiga mía dice que hay personas que están enfermas de ermitañez. Debe ser eso, supongo.

Noviembre, 22
Me quedo hasta altas horas de la noche despierto viendo un programa español de cocina. Con cada plato, con cada preparación, me dan unas ganas locas de comérmelas. De comérmelas para poder fumar después, combinando ambos placeres.

Noviembre, 23
Voy a una presentación de libro. Seis personas alrededor de una mesa. Siete si contamos al autor. El libro es excelente. Una de esas pequeñas obras maestras que pasan desapercibidas (ésta pasará desapercibida también) por estar publicadas en ediciones secretas y también porque sus autores no hacen mucho para difundirlas. Sueños de Victoria se llama. Acaba la presentación y fumo un cigarro mientras hablo con el autor al que hacía tiempo que no veía.

Noviembre, 24
Voy a otra presentación. El libro es igualmente bueno. Ésta, sin embargo, está repleta de gente. Nunca entenderé los misterios de los lectores ni los de la nicotina, que no deben ser tan diferentes.

Noviembre, 25
Pronto volveré a levantarme tarde.

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