Los exteriores más grandes del cosmos dan un retoque especial a la partida: las arquetípicas visiones de fantásticos recuerdos y experiencia indeseables van y vienen entremezclándose a un ritmo indescifrable por cualquier percepción humana. Hay cientos de lentes gravitando ante ninguna ley capaz de ser establecida por ningún genio de genios; efecto que sólo podremos alcanzar (quizás) después de abandonar la corporeidad de esta magnífica vida.

Hay despoblados por donde brotan todos esos colores que no se ha logrado descubrir ni descifrar. Hay un gigantesco teatro donde ocurren todas las tramas del mundo en un fragmento conciso que define el infinito a tal grado que será mejor detener esta descripción inmediatamente. Porque este visionario que sabía demasiado amerita la más grande bienvenida al viaje universal. Se percibe, desde este lado, nuestra sensación de nuestra realidad, un aliento final que deja atrás una de las más grandes hazañas en la historia de la más completa de las expresiones, colocada en un indigno séptimo puesto.

En fin, nadie sabrá cuál fue la última visión de Kubrick momentos antes de que su corazón se detuviera en pleno trance del sueño aquella noche de 1999.

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Andrés Baldíos es escritor. Los primeros peldaños son peligrosos, su hasta ahora primer libro de cuentos, fue editado en 2012 por San Roque.

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