Una postal de Acapulco

que muestra una playa que no sé reconocer

[ilegible] de abril, 1988

¡Llegamos! El camino fue largo y el cambio de climas fue rico, de frío a calor a algo que ya no tiene nombre pero que se siente bien. El auto se descompuso en [ilegible]

            […] Vamos a pasar acá dos o tres semanas, a ver qué alcanza. Yo ya había venido antes pero [se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] jamás había estado por acá. ¡Le digo que le va a encantar! ¡Abrazos! Escribe.

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Otra postal de Acapulco

en esta se muestra el Malecón en los años 40

[fecha ilegible], 1988

¿Puede uno aburrirse de este mar? Yo no. [Se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] no puede creer los atardeceres. Yo sí. Porque [ilegible] y por eso [ilegible]. Tú que sabes de esas cosas, ¿es cierto que aquí se grabó La noche de la iguana? Esa película está buena. ¡Abrazos! Escribe. O llama.

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Una última postal de Acapulco

que muestra a un clavadista en la Quebrada

24 de abril, 1988

Me llamaron de [se suprime el nombre de la ciudad, inserte el lector la suya]. ¡Ya nació el bebé! Le van a poner [se suprime el nombre, inserte el lector el suyo]. Es un nombre bonito. ¿Te avisaron también? Para cuando te llegue esta postal todos van a estar enterados. Quiero conocerlo ya. Tal vez el mes que entra. Qué bonito es Acapulco. Llama en cuanto te llegue esta postal.

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Una postal de Guanajuato

que muestra el monumento al Pípila

Sin fecha

Todavía no empieza el verano y ya hace calor. Guanajuato siempre me ha gustado. [Se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] dice que cuando sea viej[x] quiere vivir aquí. Yo no sé si me gustaría. Pero hace muy bien caminar a todos lados.

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Una postal de Barcelona

que en la parte que no está rasgada ni manchada muestra las Ramblas

(esta postal presenta muchos dobleces)

15 de junio, 1988

Mira dónde fuimos a parar. Siento mucho que no hayamos podido ir a visitarlos cuando estuvimos por allá. La próxima vez, sin falta. No sé por qué, pero esta ciudad me recuerda a ustedes, algo será. Me gusta cómo hablan aquí. [Se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] manda saludos.

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Una postal de Jaén

que muestra la catedral de la Asunción

29 de junio [fecha ilegible, pero no hay duda de que es 1988]

¿Ya conociste al bebé? Yo solo imagino que es precioso. Deben estar muy orgullosos. Y mira dónde estamos: dice la abuela que sus abuelos vivían aquí o pasaron por aquí, ya no me acuerdo. [Ilegible] y luego a Coímbra, pero no lo sabemos a ciencia cierta. Es bien bonito por aquí, aunque me da mucha tristeza el paisaje. [Lo que sigue es legible pero no se transcribe].

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Otra postal de Jaén

la misma postal que la anterior, pero con otro texto

y un dibujo de un caracter ondulado y caprichoso, como una letra de otro idioma

sin fecha

[Legible pero no se transcribe]. Es raro saber que tus antepasados anduvieron por aquí. Y que sufrieron tanto o eso se nos dice. Pero el dolor lo puedo sentir. Me estoy poniendo sentimental. Vamos a estar por aquí unos días y luego [ilegible]. Te mandamos [se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] y yo muchos abrazos.

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Una postal de Lisboa

que muestra, tal vez, la torre de Belém

Agosto [no escribe año, pero no hay duda de que es 1988]

Llevamos una semana en Lisboa y es bien rara. A [se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] le gusta el idioma y dice que ya lo está aprendiendo. Yo no podría quedar [sic] a vivir aquí nunca de los nuncas [sic]. Se me hace que estamos siguiendo la ruta de los abuelos de los abuelos sin querer. Ayer vimos el mar de Portugal y eso sí es muy bonito. [Lo que sigue es legible pero no se transcribe].

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Una postal con una pintura irreconocible

y que debía ser descartada por vaga, pero la fecha es

11 de septiembre, 1988

y el texto está escrito en letra mucho más pequeña y con una tinta de un color azul claro, muy atípico y extraño

Me acabo de acordar que ya van a empezar las olimpiadas. ¿Ya tienen una tele a color para verlas? Seúl. Ese nombre me gusta. Corea. Ese nombre no. Pero Seúl ’88 suena bonito. No sé si vayan a superar las anteriores olimpiadas de Los Ángeles. ¿Se acuerdan que [se suprime el nombre, inserte el lector el suyo pero, anotación, se refiere a un sobrino] decía que el águila mascota de Los Ángeles ’84 se parecía al Tío Rico? Es igualito al Tío Rico. No he visto la mascota de Seúl. Tengo que comprar más revistas. [Lo que sigue es legible pero no se transcribe.]

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Una postal de París

que muestra la Torre Eiffel

25 de diciembre, 1988

¿Se acuerdan cuando dijimos que todas las ciudades se vuelven locas en Navidad y que por eso nosotros somos unos seres raros? París igual se vuelve loca. Pero nos gustó mucho verla tan loca. Ojalá un día pudieran venir. Tienen que venir. ¿Dónde pasaron las fiestas? Abrazos y besos. El año que entra sí nos vemos.

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Una postal de la Ciudad de México (o Distrito Federal)

que muestra el Palacio de Bellas Artes

4 de marzo, 1989

Ya volvimos. Vamos a quedarnos acá dos semanas y luego volvemos. A [se suprime el nombre, inserte el lector el suyo] le ofrecieron trabajo en [se suprime el nombre de la ciudad, inserte el lector la suya] y sí lo va a aceptar. Se acabó el andar como locos de aquí allá [sic]. Vamos el mes que entra. Vamos a conocer por fin al bebé que ya debe estar grande. Me da algo de tristeza saber que ya no me voy a mover tanto pero al mismo tiempo me da gusto que ya voy a estar en un solo lugar. Si supiera escribir o pintar haría una obra de arte para expresar lo que siento. Pero no puedo no sé [sic]. Nos vemos pronto. Abrazos.

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*Leonardo Biente es escritor y poeta. También es empleado de día.

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