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Alquimia alquidálica: entrevista con Ranferi Ramos

Chema Rosas

Alquimia alquidálica: entrevista con Ranferi Ramos

Un rescate periodístico (?) de la FIL 2016

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara es, sin duda, el evento literario más grande e importante del país, y probablemente de toda Latinoamérica. Para no ir más lejos, han desfilado por sus pasillos figuras literarias de gran envergadura como Mario Vargas Llosa, Elena Poniatowska, Juan Villoro y hasta George R. R Martin. Las filas para conocer a las vacas sagradas son largas y los asistentes son capaces de esperar hasta seis horas para tener una firma del autor, o para por lo menos verlo en persona. Cada año acudo por cuestiones de trabajo, pero en esta ocasión y me hice el firme propósito de conseguir una entrevista con alguna de las luminarias de la pluma que compartirían el mismo aire acondicionado que un servidor. Fue así como acosé a Carlos Ruiz Zafón, Benito Taibo, Juan Pablo Villalobos, y hasta a Joselo Rangel; a todos desde tan lejos que no me dieron ni la hora… a excepción de Francisco Hinojosa, quien me gritó que ya era hora de que siguiera desde lejos a alguien más.

Estaba desconsolado y a punto de aceptar que me iría a casa sin una apantallante entrevista que obsequiar en esta columna, cuando un misterioso brillo captó mi atención. El resplandor provenía de una joya roja empotrada en un enorme amuleto que pendía al centro de un stand. Cual polilla, me acerqué al foco que atrapaba mi atención y ahí encontré como si nada a Ranferi Ramos, autor de numerosos libros de alquimia, hiatroquimia, cocktailoquimia y aguaquina.  Convenientemente, Ranferi es el encargado de atender el stand y tras revisar la acreditación de mis chakras me concedió la siguiente entrevista ficticia.

Chema Rosas: ¿De qué trata su último libro titulado Vivimos en el cosmos?

Ranferi Ramos: ¡Qué bueno que preguntas eso! El tema principal del libro es la vida y el cosmos y cómo es que vivimos en él. La gente está acostumbrada a habitar adentro de su propia cabeza, cree que vive en su casa y en su trabajo… pero lo cierto es que vivimos en el planeta tierra, que es parte del sistema solar que es parte de la vía láctea que es parte del cosmos.  Vivimos ahí, en el espacio cósmico, y es por eso que el libro se llama Vivimos en el cosmos. También en nuestras casas, pero más que nada en el espacio cósmico.

ChR: ¿Y qué otra revelación podemos encontrar en este tratado?

RR: Por ejemplo, que las personas también viven en ciudades y países. Pero el cosmos abarca todos los países, así que de todos modos vivimos en departamentos.

ChR: ¿En departamentos?

RR: También. Es que el cosmos es muy grande

El autor contempla un punto fijo en el horizonte. Un amuleto de cristal pende de su cuello y hace juego con los brazaletes exhibidos en la mesa, junto a los que se encuentra su bibliografía completa.

ChR: ¿Se considera usted un místico?

RR: No. Definitivamente no. Como bien sabes, la palabra mística se deriva del inglés mist, que significa niebla. Yo no soy un agente de la niebla, al contrario, soy un ser de luz capaz de conectarse con la frecuencia cósmica para comunicar su mensaje al resto de la humanidad. Por cierto, también tengo en promoción un curso de inglés cósmico.

ChR: ¿Y cuál es el mensaje?

RR: Que en la compra del curso de inglés cósmico en DVD viene de regalo una taza cósmica, y una playera con un mandala para colorear.

ChR: No, me refería al mensaje que tiene la frecuencia cósmica para la humanidad

RR:  El mensaje está oculto en la siguiente frase: somiviv ne le somsoc.

ChR: Ok…

RR: La frase dice que vivimos en el cosmos, pero está escrito al revés.

ChR: Lo imaginé. Pero en otros temas, usted es considerado por varias de sus cuentas alternas de Facebook como el fundador y principal representante de la alquimia alquidálica… ¿qué es exactamente?

RR: Es algo muy sencillo. Hace varios años hice un viaje a través de Asia, cruzando los Himalayas entre la India y Nepal pasando por Katmandú y los lagos de Pokhara. Me dedicaba a vender amuletos, seguros contra incendios, pinturas, aguarrás y otros químicos, hasta que llegué a la puerta de un templo donde conocí a muchos sabios. Estudié el resto del camino y reuní todo el conocimiento que obtuve para fundar una nueva ciencia. Le llamé alquimia alquidálica porque los alquimistas trataban de transformar los elementos, y el esmalte alquidálico protege los metales de la corrosión causada por agentes naturales. La alquimia alquidálica se trata de transformar a las personas sin que les afecte lo externo.

ChR: Se le ha criticado en ocasiones por asegurar que por medio de la alquimia alquidálica puede curar enfermedades como sida o cáncer… ¿es esto cierto?

RR: Sí. Se me ha criticado… pero también es verdad que la alquimia alquidálica puede curar eso y más.

ChR: ¿Hay alguna prueba científica para sostener tal afirmación?

RR: Ya lo he dicho. Todos vivimos en el cosmos. Carl Sagan lo dice y a él nadie lo cuestiona. ¿Qué otra prueba científica necesitas? ¿Acaso Carl Sagan está equivocado? ¡Además, Jodorowsky me ha retuiteado muchas veces!

El escritor no místico golpeó la mesa para dar más fuerza a sus palabras. Luego clavó su mirada al infinito.

ChR: Señor Ranferi… ¿qué opina de las drogas?

RR: Son sólo un mecanismo de defensa de la naturaleza para que el humano se distraiga.

ChR: ¿Está usted drogado?

RR: Poquito.

Así, entre risas, terminó la entrevista con uno de los escritores más enigmáticos y accesibles de la Feria Internacional del Libro.

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Chema Rosas
 (Ciudad de México, 1984) es bibliotecario, guionista, columnista, ermitaño y papa-de-sofá, acérrimo de Dr. Who y, por si fuese poco, autoestopista galáctico. Hace poco incursionó también en la comedia.

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