viernes. 19.04.2024
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El Nobel que no fue

José David Ibarra

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Gabriel García Márquez
El Nobel que no fue

Gabriel García Márquez lloró al saber la noticia. El 27 de noviembre de 1983 el escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia Cumming, murió cerca de Madrid al estrellarse el avión en el que viajaba en escala a Bogotá. Gabo, quien ya había recibido el premio Nobel, lo había invitado a un encuentro de cultura.

Eran casi de la misma edad. García Márquez nació el 6 de marzo de 1927, y Jorge Ibargüengoitia nació el 22 de enero de 1928.

Ibargüengoitia ganó todos los premios de narrativa existentes en México en su tiempo. Era el mejor narrador, según los críticos. Tenía una manera de decir las cosas muy propia de la gente de Guanajuato, muy claras y con cierto sarcasmo, pero entre broma y broma.

No le gustaban la solemnidad ni la fama.

Había brincado de la dramaturgia a la narración y al ensayo.

Él y García Márquez tenían similitudes como que fueron criados por mujeres, abandonaron la carrera original por la literatura, y escribían influidos por sus recuerdos de vida en la mezcla de realidad y lo extraordinario de Guanajuato y Aracataca.

García Márquez consideraba a Ibargüengoitia como uno de los mejores escritores de su tiempo, incluso un posible candidato al premio Nobel de Literatura. Por ello recomendó al presidente Belisario Betancourt la asistencia del guanajuatense al Primer Encuentro de Cultura Hispanoamericana, y quedó la invitación formal.

Ibargüengoitia dijo en alguna entrevista: -...Crecí entre mujeres que me adoraban. Querían que fuera ingeniero: ellas habían tenido dinero, lo habían perdido y esperaban que yo lo recuperara. [...] Faltándome dos años para terminar la carrera, decidí abandonarla para dedicarme a escribir. Las mujeres que había en la casa pasaron quince años lamentando esta decisión [...] Más tarde se acostumbraron.

Sus padres fueron Alejandro Ibargüengoitia Cumming y María de la Luz Antillón, por lo tanto, descendiente del general Florencio Antillón por línea materna. Sus padres tuvieron un romance como de novela: Fueron novios durante 20 años y se casaron, pero luego, don Alejandro murió cuando Jorge tenía 8 meses de nacido.

Jorge Ibargüengoitia vivió en Guanajuato hasta casi los 4 años; después, su madre decidió establecerse en la Ciudad de México. Jorge, apodado por su familia como Coco, fue criado entre mujeres, entre las que destaca su tía materna, Emma Antillón.

Ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudió en ella 3 años, antes de desistir y trasladarse, entre 1950 y 1953, a la hacienda que su familia tenía en Irapuato, la cual, tras la Revolución Mexicana, había quedado prácticamente en ruinas. Cuando regresó a la Ciudad de México se reinscribió en la UNAM, sólo que en esta ocasión en la Facultad de Filosofía y Letras, donde tomó clases con Rodolfo Usigli, graduándose como maestro en Letras. Fue entonces que decidió dedicarse a la literatura, escribiendo a finales de los años 50 sus primeras obras de teatro y algunos cuentos.

Al inicio de su carrera profesional se dedicó de lleno a la escritura y la lírica teatral y fue hasta 1963 que publica su primera novela, Los relámpagos de agosto. Esta obra inauguró otra etapa en la vida del escritor que, al igual que la anterior, se caracterizó por múltiples premios y reconocimientos.

Se casó en 1973 con Joy Laville, una pintora inglesa que radicaba en San Miguel de Allende y que había conocido en 1965. El escritor murió 10 años después, el 27 de noviembre de 1983, cuando el avión en que volaba de París a Bogotá para el Primer Encuentro de Cultura Hispanoamericana, sufrió un accidente. Una parte de sus cenizas fue depositada en el Jardín Florencio Antillón, en la ciudad de Guanajuato, situado frente a la casa en la que nació el escritor.

De su prolífica pluma, algunas obras son: La ley de Herodes y otros cuentos (1967), Maten al león (1969), Estas ruinas que ves (1975), Las muertas (1977), Los conspiradores (1981), Los pasos del López (1982), Susana y las jóvenes (1956) y El atentado (1963).




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José David Ibarra Torres, es periodista y comunicólogo leonés. Ha colaborado con diversos medios e instancias de comunicación; egresado de la UANL, en 1997 tuvo la fortuna de participar en un taller de narración periodística en Barranquilla, Colombia, con el maestro Gabriel García Márquez, con quien compartió junto con 15 periodistas de Latinoamérica una de las máximas del escritor: Hay que contar el cuento completo.

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