Es lo Cotidiano

GUÍA DE LECTURA

El precio era alto, de Scott Fitzgerald

Jaime Panqueva

el-precio-era-alto-f-scott-fitzgerald-D_NQ_NP_996615-MLA25294602161_012017-F
El precio era alto, de Scott Fitzgerald
El precio era alto, de Scott Fitzgerald

1922, Ernest Hemingway se muda a París con su esposa Hadley y una carta de Sherwood Anderson dirigida a Gertrude Stein, para que lea el trabajo del joven aspirante a escritor. A partir de ese primer encuentro se forjará una amistad dentro de la cual se deslizará la frase que bautizaría a esa camada de escritores norteamericanos posteriores a la Primera Guerra Mundial: Ustedes son una generación perdida, le dijo la escritora, emulando a un mecánico francés que había escuchado recientemente.

Este grupo incluye entre otros a John Dos Passos, William Faulkner, John Steinbeck, Sherwood Anderson y Francis Scott Fitzgerald, quien para el año de mudanza de Hemingway, era un autor prematuramente consagrado con su primera novela A este lado del paraíso, escrita —según cuentan- en dos meses, tras una monumental juerga de tres semanas, y publicada en 1920.

Llena de altibajos, fiestas, depresiones y logros formidables como El gran Gatsby (1925), la obra de Fitzgerald retrata los locos años 20 que concluirían con la Gran Depresión. A lo largo de su frenética y disipada carrera escribió además una larga serie de relatos cortos que, cuando no fueron publicados por la célebre casa editorial Scribners en volúmenes de cuentos como Flappers y filósofos (1921), Cuentos de la era del jazz (1922), Todos los jóvenes tristes (1926) y Toque de diana (1935), logró venderlos a grandes diarios norteamericanos para obtener dinero que tranquilizara por un breve lapso las exigencias de su mítica esposa Zelda Sayre.

Pionero, renovador de las letras norteamericanas, la vida de Fitzgerald, si sumamos su forma de derrochar el dinero, el alcoholismo, una relación matrimonial que podría calificarse con generosidad como tormentosa y una salud debilitada por la tuberculosis, no podía tener un final diferente a su muerte prematura en 1940, tenía 44 años. Tras los libros de relatos publicados en vida siguió una larga lista de volúmenes póstumos que recuperaban el material publicado en otros medios. En 1978 Mattew Bruccoli publicó 49 de los 57  cuentos que no había sido recopilados en ningún volumen y los publicó bajo el título El precio era alto, fue traducido y distribuido por Bruguera en los ochentas. Eterna Cadencia, editorial argentina, presenta una selección de este trabajo en una edición más reciente, que permite aprehender la pulsión en el relato breve de Fitzgerald y su impecable capacidad para retratar una época a través de “la palabra justa y la composición diáfana”, que impregnó a no pocos autores de las siguientes generaciones.

 

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected] 

[Ir a la portada de Tachas 310]