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SHAKESPIRIANAS XXIV

Versiones

José Luis Justes Amador

 

Das Kapital [Shakespirianas 24, Tachas 317]
Das Kapital [Shakespirianas 24, Tachas 317]

 

(113.

“Todo lo sólido se desvanece en el aire”, puede leerse en El Capital.

113.1. “Vanish into air” escribe l bardo en Otello.

113.2. Y “melted into air, into thin air” en La Tempestad.

113.3. ¿Homenaje o criptomnesia?

113.4. “Todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas”.

113.5. Así termina la frase de Karl Marx.)

 

 

114.

Rosencrantz tiene un total de 48 líneas en Hamlet.

114.1. Pocas, y la mayoría accidentales.

114.1.1. Del tipo “God save you, sir!” o “My most dear lord!”.

 

 

115.

Guildenstern tiene todavía menos participación en la obra, con 29 líneas.

115.1. Aunque, a diferencia de su compañero, tiene en su brevedad un par de intervenciones que son verdaderas replicas a los pensamientos hamletianos.

115.1.2. “Hamlet. Yo pudiera estar encerrado en la cáscara de una nuez y creerme soberano de un estado inmenso... Pero, estos sueños terribles me hacen infeliz. Guildenstern. Todos esos sueños son ambición, y todo cuanto al ambicioso le agita no es más que la sombra de un sueño”.

115.1.3. “Hamlet. El cuerpo está con el Rey; pero el Rey no está con el cuerpo. El Rey viene a ser una cosa como... Guildenstern. ¿Qué cosa, señor? Hamlet. Una cosa, que no vale nada”.

 

 

116.

Y esas setenta y siete líneas han dado para dos obras de teatro y dos películas en las que ellos son centrales.

 

 

117.

“Rosencrantz and Guildenstern, A Tragic Episode, in Three Tabloids” es una obra, a pesar del título, cómica de Sir William Schwenck Gilbert.

117.1. El mismo Gilbert de Gilbert & Sullivan, responsables de esa obra maestra del musical, la opereta inglesa llamada “El Mikado”.

117.2. Y, a pesar de su fama, le costó representarlo y tuvo que aparecer primero en papel en la revista “Fun”.

117.3. El argumento es, cuanto menos, divertido. Y bastante irreverente con su original.

117.4. Y enrevesadísimo con un Claudio autor de una tragedia en cinco actos, tan mala que lo único que causa es risa, y que hace que emita un decreto que manda ejecutar a quien la nombre, un Rosencrantz enamorado de la prometida de Hamlet y que convence, junto a su compinche Guildenstern, al príncipe para que represente la obra delante del rey, un “to be and not to be” interrumpido por los dos protagonistas, que termina con un solemne “Está claro hasta para el tonto más tonto / que tres personas no pueden recitar un monólogo”.

117.5. Todo para terminar con un Hamlet que representa al fin la obra, y que en lugar de ser asesinado es desterrado a “Engle-land”, donde “habita una raza cultivada” que “acogerá muy bien esa mente filósofa”.

 

 

118.

“Rosencrantz and Guildenstern Are Dead” de Tom Stoppard es, tal vez, la version hamletiana más famosa.

118.1. Cuyo subtítulo perfecto podría ser “un par de secundarios de Hamlet interpretan al modo becketiano su propia existencia y la de su obra”.

118.2. Una de las claves de la obra es que con tan poco papel en la obra original y su siempre andar juntos, el público shakespiriano tiende a confundirlos.

118.2.1. Tanto   que en la obra a la que dan nombre también se confunden en sus propias identidades.

118.3. La ironía de Stoppard alcanza a la obra madre y su personaje central en un momento, en uno de los momentos, en que Gilderstern encarna a Hamlet.

118.3.1. “R: Vamos a dejarlo claro de una vez. Tu padre era el rey. Tú eras hijo único. Tu padre muere. Tú ya eres mayor de edad. Tu tío se convierte en el rey. G: Sí. R: Extraño, ¿no?”.

 

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