Feroz es la mirada que atraviesa la carne
come sin vergüenza cuanto le apetece al morbo.
Engullir significa disfrutar,
vuela lejos la mesura.
 
Viene entonces mi muslo húmedo,
hirviente,
trae mi cerebro sangrante
que será expuesto en la próxima feria de ciencias,
cuando ya no sea más una bomba de miedos,
ni el alcohol lo maree con un par de cervezas.
 
Será ahí trazas muertas que sorprendan
ojos que sostengan,
las manos de mis dueños.
Dueños ahora de locuras
ancladas al viejo tejido en formol.
 
Me tocan con asco,
nunca quise ser tentada,
con cuidado y asco.
Uno porque les hablan de mujeres
y pétalos de rosa.
Otro porque implica esfuerzo,
y jamás quise que costara tocarme.
Decía ser sencilla o suave,
fácil.
Sin paga y sin apuros.
 
Y esta sangre
seca cuando se exponga
romperá horarios para contarles a todos
qué bello es el cuerpo.
Qué curioso.
Qué interesante mi tejido en químicos.
¡Qué detalle!
Qué feo huele,
así terminaremos
en una feria de ciencias.

Karen Elizabeth Robles Gamiño (Colima, 1994) Reside en León. Estudiante de la licenciatura en Cultura y Arte de la Universidad de Guanajuato. Ha escrito poco en revistas culturales y mucho desde el anonimato de su blog (vacioshastaeltope.blogspot.mx/). Colaboró con Editorial Montea como asistente editorial. Es fundadora de LabC2

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