Es lo Cotidiano

DISFRUTES COTIDIANOS

Películas centenarias [1919]

Fernando Cuevas de la Garza

Clipboard02
Harold Lloyd, Bumping in the Broadway
Películas centenarias [1919]

 

Un breve repaso por el cine realizado hace 100 años para recordar algunas obras que bien merecen la pena ser vistas o regresar a ellas, en su caso. Géneros consolidándose, estilos visuales definiéndose, artistas ya viviendo un pleno reconocimiento y el llamado séptimo arte llegando cada vez a mayores públicos. Veamos.

D. W. Griffith se destapó con ocho largometrajes, incluyendo el drama Broken Blossom y la romántica Susie de corazón honesto, en tanto Cecil B. DeMille realizó Male and Female, una de sus grandes cintas tempranas. mientras que el drama criminal It Happened en Paris fue la entrega de David Hartford, quien también realizó Back to God's Country, aventura con perspectiva femenina. Charles Chaplin desarrolló los cortos The Professor, Un día de juerga y Sunnyside, acaso el mejor de los tres; Buster Keaton colaboró con Back Stage y The Hayseed y Harold Lloyd se puso en plan prolífico y grabó cerca de 40 cortos, denotando su incansable imaginación para la comedia como se aprecia en From Hand to Mouth y Bumping in the Broadway.

Desde París, Abel Gance se introdujo en la Primera Guerra Mundial a través de J’acusse, siguiendo a dos hombres envueltos en el conflicto, en tanto Maurice Tourneur llevó a la pantalla The Broken Butterfly, basada en la novela de Penelope Knapp y Victory, retomando el texto de Joseph Conrad. El también galo Léonce Perret hizo cuatro filmes, uno de los cuales fue el celebrado The Twin Pawns y otro A. B. C. of Love, introduciéndose en los malabares del matrimonio, en tanto Louis Feuillade escribió y dirigió, entre otras, L'engrenage, escapando un poco de sus terrenos habituales de la recreación de las clásicas historias por entregas, además de Barrabas, acerca de un abogado y un periodista que unen esfuerzos para hacer justicia.

El realizador austriaco Fritz Lang se hizo presente en la escena fílmica con cuatro producciones, entre las que destacaron Harakiri y Die Spinnen, 1. Teil - Der Goldene See, no exentas de cierto exotismo; también desde Viena, Erich von Stroheim le entró a los enredos amorosos con tintes dramáticos en Blind Husbans y Richard Oswald integró historias cortas de terror gótico en Unheimliche Geschichten y filmó Anders als die Andern, sobre un trágico amor homosexual. El berlinés Ernst Lubitsch produjo siete filmes, todavía asentado en su tierra natal, entre los que se encuentran Madame DuBarry y Die Austernprinzessin, ya mostrando su sello paródico característico, y por no dejar, el mediometraje The Doll.

El gran director danés Carl Theodor Dreyer debutó tras de cámaras con el drama de juzgado Præsidenten, y el realizador sueco Victor Sjöström reflexionó sobre los compromisos afectivos en la prolongada Ingmarssönerna, ya con su estilo visual bien definido, manejando los contrastes de luces y sombras. El finés Mauritz Stiller retomó el libro de Selma Selma Lagerlöf (traducido como El tesoro o Las monedas de don Arne) para producir Herr Arnes pengar. De este lado del mundo, Enrique Rosas se encargó de El automóvil gris, larga cinta en la que un detective persigue a una peligrosa banda en la Ciudad de México.

George Fitzmaurice entregó The Witness for the Defense, drama romántico con crimen incluido y viaje a la India, como en The Man Beneath, basada en la novela de Edmund Mitchell y propuesta por William Worthington, también responsable de The Dragon Painter, mientras que George D. Baker filmó The Cinema Murder de con la actuación de la gran y muy solicitada Marion Davies, también intérprete de The Dark Star y Getting Mary Married, cintas de Allan Dwan, y de The Belle of New York, realizada por Julius Steger. Victor Fleming dirigió a Douglas Fairbanks, quien encarna a un hombre amable asediado por un siquiatra enloquecido, en When the Clouds Roll By.

La vida de Helen Keller fue llevada al cine en Deliverance, cinta de George Foster Platt y el documentalista australiano Frank Hurley rodó South, sobre el viaje a la Antártica comandado por el explorador Ernest Shackleton, mientras que en un lance fílmico curioso, Henry Starr y el adolescente Paul Curry se interpretaron a sí mismos en el western A Debtor to the Law, en el que el primero es un forajido y el segundo un testigo de un robo; en los contornos del género clásico estadounidense, William S. Hart rodó el mediometraje Square Deal Sanderson y Gilbert M. 'Broncho Billy' Anderson contribuyó con The Son-of-a-Gun.

La comedia también estuvo bien representada por The Prince and Betty de Robert Thornby, Here Comes the Bride de John S. Robertson (quien también dirigió The Test of Honor) y The Climbers de Tom Terris, trío de cintas de menos de una hora que lograban establecer una narrativa completa y compacta, insertando ciertos apuntes sociales, románticos o más cercanos al drama, como se vio en Should a Woman Tell? de John Ince, Paid in Full del francés asentado en Estados Unidos Emile Chautard y Der Knabe in Blau de F.W. Murnau, el reconocido realizador germano que iniciaba su trayectoria en la dirección.

 

[Ir a la portada de Tachas 341]