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Efrén Hernández, el creador de Tachas

Karla Gasca

Karla Gasca
Efrén Hernández, el creador de Tachas

 

 

De estatura corta e ideas largas, Efrén Hernández tuvo la mala fortuna de nacer en una ciudad donde el estatus y el catolicismo ocupaban, como ahora, un lugar preponderante, muy por encima del arte, la lectura o el pensamiento. Pero quizá fue este hecho azaroso lo que determinó el camino del creador de ‘Tachas’.

En León Guanajuato, aquellos que se dedican a la creación o a la contemplación, son catalogados frente al gran monóculo como bichos raros, y quizá Efrén Hernández fue el más raro de todos. 

Despreocupado, distraído y silencioso, disfrutaba de la soledad que le permitía pulir la lupa con la que contemplaba minuciosamente cada detalle del juego de la existencia. Luego recogía estos fragmentos y los guardaba en su memoria para crear un mundo donde la fantasía formaba parte de la realidad y viceversa, con la naturalidad de un niño que fantasea.

De la vida de Efrén se habla poco. Se sabe, por ejemplo, que fue aprendiz de zapatero, que se trasladó a la Ciudad de México a los 24 años para estudiar Derecho, dejando inconclusa la carrera y que fue editor de la revista América, en cuyas páginas aparecieron los primeros cuentos de Rulfo al lado de José Gorostiza, Carlos Pellicer, Jaime Torres Bodet, Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Emilio Carballido.

Si no hubiera sido por Efrén Hernández, posiblemente ninguno de nosotros conocería ese llano en llamas que continúa ardiendo. También se sabe que abrió una librería donde no vendía nada, pero pasaba el tiempo leyendo y discutiendo con posibles compradores que preguntaban por algún libro que él desdeñaba, y que murió en la pobreza en una casa de Tacubaya, a la edad de 54 años.

Como pasa con los creadores indescifrables, se decía que Efrén no pertenecía a su tiempo, pero contemplando el panorama de estos y la profundidad y honestidad de sus textos, posiblemente no encajaría a ningún tiempo.

Quizá su cuento más conocido, sea ese donde narra las divagaciones de un estudiante, donde el lector se encuentra, no sólo con la aguda inteligencia y la enorme sensibilidad del autor, sino con preguntas fundamentales de la propia existencia:

¿Tachas? ¿Pero, qué cosa son tachas?, pensé yo. ¿Quién va a saber lo que son tachas? Nadie sabe siquiera qué cosa son cosas, nadie sabe nada, nada.

Yo, por mi parte, como ejemplo, no puedo decir lo que soy, ni siquiera qué cosa estoy haciendo aquí, ni para qué lo estoy haciendo. No sé tampoco si estará bien o mal. Porque en definitiva, ¿quién es aquel que le atinó con su verdadero camino? ¿Quién es aquel que está seguro de no haberse equivocado?

Son varios los intentos para acercar al público a la figura difusa de Efrén Hernández; sin embargo, la mejor manera de acercarnos a esta rara avis es asomarnos al abismo de sus textos y dejarnos envolver por el vértigo hasta aterrizar en el origen de las cosas. 





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Karla Evelia Gasca Macías (León, 1988). Licenciada en Cultura y Arte por la UG. Ha tomado cursos de escritura creativa con Guillermo Samperio y Alberto Laiseca, este último en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado en varios medios digitales e impresos. Forma parte de las antologías ‘Para leerlos todos’ (2009) y ‘Poquito porque es bendito’ (2012).

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