Es lo Cotidiano

DISFRUTES COTIDIANOS

Encestando en la pantalla

Fernando Cuevas de la Garza

last dance
The Last Dance, 2020
Encestando en la pantalla

Los deportes en general han sido objeto de diversos abordajes en el cine, desde enfoques triunfalistas y motivacionales, hasta los que se orientan a los lados oscuros o difíciles de las ligas, los jugadores y todos los factores que los rodean. Documentales, películas basadas en casos reales o de argumento ficcional, series de televisión y filmaciones propias de las diferentes organizaciones deportivas, cubren con amplitud la temática deportiva. En este sentido, el básquetbol no ha sido la excepción, sobre todo cuando ganó mayor notoriedad mediática en el mundo, a partir de la década de los ochenta del siglo pasado.

Los filmes se han centrado en la figura del entrenador como en Hoosiers (Anspaug, 1986), Todo por ganar (Friedkin, 1994), Juego de honor (Carter, 2005) y Camino a la gloria (Cartner, 2006); en la de los jugadores y sus aspiraciones, por ejemplo Above the Rim (Pollack, 1994), Hoop Dreams (James, 1994) y Novato (Koo, 2018); en los vínculos familiares o afectivos, advertidos en Los hombres blancos no saben saltar (Shelton, 1992), No perdonarás (Lee, 1998), Buscando a Forrester (Van Sant, 2000) y Love & Basketball (Prince-Bythewood, 2000) o en tono de comedia, tipo Travesuras de un lobo adolescente (Daniel, 1985), Eddie, mi nueva coach (Rash, 1996), Air Bud (Smith, 1997), Semi-Pro (Alterman, 2008) y Tío Drew (Stone III, 2018).

Bailando por última vez

Retomando el nombre que le dieron a la última temporada (1997-1998), en la que participarían varios protagonistas de los Bulls de Chicago, empezando por el entrenador Phil Jackson, El último baile (The Last Dance, 2020) es un sorprendente documental que trasciende la duela y los encestes, para construir una historia notable acerca de uno de los equipos más importantes de la historia del deporte en general, logrando presentar los múltiples significados sociales y personales que se construyeron alrededor de esta dinastía que conquistó seis títulos de la NBA durante los años noventa. Dirigida con agudo sentido de la narración por Jason Hehir (Andre, The Giant, 2018), la serie documental permite transitar por diversos estados de ánimo junto con los jugadores, los rivales y hasta los fanáticos.

Si bien el texto documental gravita alrededor de la figura de Michael Jordan, aún en la actualidad transmitiendo esa imparable necesidad de competir y ganar, poniéndose metas y creando enemigos por todas partes, entre la prepotencia, la camaradería y cierta fragilidad, en los 10 capítulos se plasman con amplitud los diferentes contextos y ambientes que rodearon al equipo, y se recupera la importancia de otros jugadores brillantes, como el serio Scottie Pipen, el estrafalario Dennis Rodman, el esforzado Steve Kerr y el sólido Toni Kukoc, además de darle su lugar y reconocer el peso específico que tuvo el coach Jackson, entendiendo momentos, caprichos y situaciones dentro y fuera de la cancha, e incluso el de Jerome Krause, el controvertido gerente general del equipo, poco querido pero necesario.

En el filme se evita solamente engrandecer a las distintas figuras desde un tono panfletario, mostrando en buena medida los conflictos, las arrogancias, las necedades, berrinches y desacuerdos que rodearon al equipo y a sus integrantes, incluyendo al mencionado gerente general, al dueño mayoritario, algún entrenador particular y hasta los guardias de seguridad; transitan por ahí otras históricas cabezas parlantes como Magic Johnson y Larry Bird (mi ídolo basquetbolero), además de algunos rivales de peso, sobre todo de los Suns de Phoenix, Pistones de Detroit, los Nicks de Nueva York, los Pacers de Indiana y del Jazz de Utah, así como reporteros especializados, analistas, periodistas y familiares, contribuyendo de esa manera a darle otros ángulos a los sucesos.

Además del profuso material audiovisual que se generó en el seguimiento a esa última temporada, el documental expone un gran material de archivo que permite tener una amplia perspectiva histórica, así como de cierto ambiente propio de los años ochenta y noventa, definitivos para la expansión de la NBA, y que se reforzó con aquel famoso Dream Team que participó en los olímpicos de Barcelona en 1992. Gracias al notable trabajo de edición nos movemos en el tiempo para entender cómo el presente se fue construyendo a partir de decisiones, sucesos y ambientes familiares determinados en los que crecieron los jugadores que los fueron llevando a tomar ciertas decisiones y cómo, en más de un sentido, forjaron su carácter: destaca la relación entre padres e hijos en distintos momentos y miembros del equipo.

Y está, claro, la propia emoción del juego con sus triunfos (la mayor parte de las veces) y las derrotas, así como el cansancio y la presión, el dolor de la pérdida personal, las posibles distracciones (el retiro para jugar beisbol, la participación en Space Jam, 1996) y las tentaciones que aparecen cuando estás en la cima (las apuestas, por ejemplo), en contraposición con el esfuerzo concentrado, la disciplina absoluta, la algarabía en el vestidor, el chacoteo casi infantil y los festejos multitudinarios: Obama, también opinador en el documental, destaca la enorme importancia cultural que implicó el equipo en general y Jordan en particular (vuelto toda una marca que incluyó los famosos tenis), uno de los más grandes atletas que hemos conocido y que permitió que todo este material se diera a conocer ahora, por alguna razón (¿LeBron?), tras pasar más de 20 años guardado en la canasta de los recuerdos.

Redención de tres puntos

Como se observó en cintas como The Basketball Diaries (Kalvert, 1995) y Rebound: The Legend of Earl 'The Goat' Manigault (La Salle, 1996), el deporte de las canastas también puede funcionar como un espacio de recuperación personal. Es así como transita The Way Back (EU, 2020), historia en la que un hombre solitario y alcohólico, cargando penas insuperables y trabajando en el ámbito de la construcción, recibe una invitación para entrenar al equipo de básquetbol escolar donde él fue un gran jugador. Una oportunidad para reencontrar el extraviado sentido de vida dirigiendo a estos jóvenes acostumbrados a perder. Dirigida por Gavin O’Connor e interpretada por Ben Affleck, quienes trabajaron juntos en El contador (2016), la cinta se presenta de manera creíble y, a pesar de ceder en algunos clichés, termina siendo un retrato sincero de cómo el llamado deporte ráfaga puede también ser un faro que ilumine la recuperación.

Entre promotores

Por su parte, Steven Soderbergh presenta la estilizada High Flying Bird (EU, 2019), en la que seguimos a un agente que intenta mantener a flote su trabajo en une empresa cuando la NBA se encuentra en paro. Con estilo mordaz y cargada de diálogos, negociaciones y planes por debajo de la mesa para conservar contratos de jugadores, se apuntan algunos dardos hacia la mercantilización del juego, la visión que se tiene sobre los jugadores afroamericanos y los intereses que subyacen a este tipo de ligas ultra comercializadas; con la acostumbrada mordacidad del director, con todo y esos encuadres y desplazamientos de gran versatilidad que lo distinguen, se refuerza el desarrollo de los vínculos entre los personajes y la forma en la que resuelven, o no, las situaciones que se les presentan.

Y también en el básquetbol colegial se presentan situaciones turbias y corruptelas, como se puede ver en el documental The Scheme (EU, 2020), dirigido por Pat Kondelis, quien ya había trabajado alrededor de los temas oscuros del ámbito universitario, como se muestra en Disgraced (2017). Aquí se retoma el caso en el que estuvo involucrado Christian Dawkins en el 2017, acusado de ser parte de una trama criminal que incluyó diversos sobornos para la contratación de jóvenes promesas, convencidas o manipuladas a través del ofrecimiento de becas e incluso dinero, actos prohibidos en el reglamento de la NCAA. Sin embargo, lo que parecía una investigación de largo aliento de parte del FBI, terminó con menos resultados de lo esperado, por lo que el asunto entró en el terreno de la especulación, tal como se advierte en el documental.

*Colaboró: Gonzalo Cuevas

***
[Ir la portada de Tachas 363]