Hace un par de semanas, en Tachas 397, comentaba una antología del trabajo de minificción de Ana María Shua. Esta semana regreso por los mismos paisajes para comentar otra publicación de Editorial Ficticia compilada por Alfonso Pedraza, autor del mismo género, además de reconocido tallerista. Pero primero es importante hacer un corto paréntesis para comentar brevemente sobre El cuento, revista de imaginación, según muchos, la más importante publicación periódica mexicana del género en el siglo XX.

Fundada en 1939 por Edmundo Valadés, al decir de sus editores, no sobrevivió el primer año por la escasez de papel ocasionada por la guerra. Sin embargo, la idea resurgiría en mayo de 1964 y moriría con el siglo en diciembre de 1999, cuando se editó el ejemplar 143 de la segunda época. Entre sus editores, además del maestro Valadés, se contaron a lo largo de esos 35 años escritores como Andrés Zaplana, Juan Rulfo, Juan Antonio Ascencio, Agustín Monsreal, José de la Colina y Eraclio Zepeda.

Aparte de divulgar la obra de cuentistas de todo el mundo y todas las épocas, la revista siempre incluía al principio un texto teórico sobre el cuento, reseñas de libros, biografías de los autores incluidos y recomendaciones de libros y autores. Entre sus bondades incluía una sección donde se publicaban microficciones, que acogió a muchos de los más distinguidos exponentes del género.

Los tiempos han cambiado, y aunque muchos nostálgicos añoran el papel y publicaciones de este calado, el internet mantiene a la minificción con buena salud. Además, en homenaje al formidable trabajo realizado por El cuento, todos sus números han sido digitalizados y es posible consultarlos de manera gratuita en línea, así como realizar búsquedas focalizadas en sus diferentes secciones aquí.

La recomendación de esta semana es una recopilación a cargo del escritor Alfonso Pedraza, quien se dio a la tarea de buscar a decenas de autores de minificción publicados en El cuento, para compilar trabajos inéditos en este campo. El resultado es una formidable colección que honra la memoria y el trabajo de don Edmundo Valadés, cuyo nombre también se asociaba en México a una beca del FONCA para revistas independientes que desapareció hace unos años, aunque no por la falta de papel.

Hay que felicitar por este encomiable trabajo que reúne voces de tan diferentes estilos, desperdigadas en su mayoría por la América de habla hispana. Otra excelente manera de acercarse al género.

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