Somos nosotros, las sombras que todavía caminan 
Sobre la tierra bañada en sangre;
Somos los pájaros que vuelan asustados por los disparos
De los cazadores;
Somos el último aliento de nuestros muertos,
Somos su memoria que no deja en paz a los ricos y poderosos
Que los mataron de hambre,
Somos la pesadilla que les recuerda el mal que nos han hecho
Aunque lo ignoren o no les interese;
Somos el viento que desnuda los árboles llegada su época;
Somos las horas lentas que marcan el ritmo del tiempo
En el reloj de la torre de la iglesia;
Somos el grito de todos los que claman justicia al cielo;
Somos la solidaridad de unos cuántos que plantan flores.

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