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Tachas 406 • Guía de Lectura • Invitación a la música, de Jonathan Kramer • Jaime Panqueva

Jaime Panqueva

Invitación a la música, de Jonathan Kramer
Invitación a la música, de Jonathan Kramer
Tachas 406 • Guía de Lectura • Invitación a la música, de Jonathan Kramer • Jaime Panqueva



Desde joven me aficioné a la música de concierto, que por entonces se conocía únicamente bajo el único adjetivo de música clásica. Pronto hallé ese extraordinario placer de escucharla en vivo y de apersonarme con algunos amigos el sábado en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional para escuchar a la Orquesta Filarmónica de una Bogotá violenta y algo hosca con estas expresiones cultas. En medio de los muertos, la violencia y las bombas experimentábamos un remanso de humanidad.

De forma análoga a la liturgia católica, que acompaña la liturgia con una hojita semanal que incluye las lecturas del rito y algunos comentarios, los conciertos incluyen un programa con explicaciones de las piezas a ejecutar, historias de sus autores, y el contexto de su creación. Los programas de mano dicen mucho de los recintos que los editan, hay verdaderas joyas y en los grandes teatros del mundo por lo general, además de la entrada al recinto, debe uno pagar por ellos. En México, están incluidos en el precio del boleto y debo decir que hay excelentes ensayistas como Juan Arturo Brennan o Anne Delécole, por mencionar algunos recientes, de quienes he leído textos muy correctos.

En reminiscencia a estos años de aficionado a la música pensé en este libro, adquirido hace unos veinticinco, Invitación a la música, del crítico, pedagogo y compositor norteamericano Jonathan Kramer, que reúne en sus más de ochocientas páginas notas de programa de unas trescientas piezas musicales que solían programarse en salas de concierto norteamericanas por las décadas de los años setenta y ochenta, y que siguen escuchándose en todo el mundo.

Vademécum durante mis años de peregrinar por auditorios y teatros, hace parte ahora de mis libros de consulta; volví a él por una consulta sobre la vida de Franz Schubert de quien el autor, a través de los comentarios de sus sinfonías, se muestra un entusiasta admirador. Me sorprendo buscando más información sobre Kramer en la omnisapiente Wikipedia, y descubro que murió  de 61 años, en el 2004, tras no muchos meses de haberse casado. Su libro se editó en inglés bajo el título de Listen to the music en 1988, cuando tenía aproximadamente mi edad. Escucho algunas de sus composiciones disponibles en la red mientras leo su biografía: su alma mater, la Universidad de Columbia, ha bautizado dos becas con su nombre. A Kramer le sobrevive, además de su música, un hijo póstumo, nacido en 2007. Extraños vínculos encontramos en los libros.

 

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