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Tachas 411 • Los Oscar 2021: sana distancia • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas

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Oscar 2021
Tachas 411 • Los Oscar 2021: sana distancia • Fernando Cuevas

 

Los premios de la academia estadounidense de cine, sabemos, involucran agendas de diversa índole que no se relacionan directamente con la calidad de las películas al momento de seleccionarlas y votarlas: algunas responden a intereses económicos, otras a cuestiones empresariales y unas más a enfoques ideológicos. Recientemente se ha hecho evidente la influencia del pensamiento progresista para tomar las decisiones respecto a la nominación y asignación de las estatuillas. La presencia de grupos étnicos y sexuales usualmente marginados, personas (o personajes) con alguna discapacidad y mujeres, se ha incrementado en las ternas, si bien se trataría que de fondo hubiera una mayor igualdad de oportunidades y equidad en el tema salarial, por ejemplo.

Igual que el Nobel de Literatura, por ejemplo, la premiación responde a diversos criterios más allá del objeto mismo del que dicen reconocer. En este sentido, los Oscar funcionan como divertimento y, sobre todo, como un escaparate para que algunas películas alcancen una distribución que de otra forma no hubieran conseguido, sobre todo los cortos, documentales y las ahora llamadas internacionales: es un factor positivo de esta celebración. En contraparte, han perdido credibilidad en círculos de cinéfilos, si bien algunos de ellos consideran que nunca la tuvieron, sobre todo revisando las históricas pifias cometidas a lo largo de las ediciones y los criterios poco arriesgados con los que se rigen. Con todo, echemos un ojo a la celebración de este domingo.

Dos grandes e inexplicables ausencias en las nominaciones son la minimal First Cow de Kelly Reichardt, quien también debió haber sido nominada a mejor dirección, y Pienso en el final, la fascinante película surrealista de Charlie Kaufman. Hay más: los documentales Dick Johnson está muerto y El dilema de las redes, entre muchos otros; las feministas Never, Rarely, Sometimes, Always y La asistente, con sus respectivas directoras; Kajillionaire, His House, The Mauritanian y Malcom & Marie (en particular la joven actriz Zendaya); La voz humana, que unió a Tilda Swinton con Almodóvar y Una noche en Miami, con menos nominaciones de las esperadas. Dentro de las listas personales, siempre faltan o sobran en las de los demás, en tanto la Academia se especializa en facilitar la polémica. Seguro cada quien tendrá algunas otras olvidadas en su recuento.

Para mejor película se apunta Nomadland y su realizadora Chloe Zhao parece que se llevará la estatuilla como mejor directora; la fotografía de la película, cortesía de Joshua James Richards, también se presenta con altas probabilidades. Puede también obtener el premio a guion adaptado, escrito por la realizadora, terna en la que también figura la dupla Zeller/Hampton por El padre, e incluso Kemp Powers puede dar la sorpresa por Una noche en Miami. El guion original puede ir a manos de alguna de las cintas históricas relacionadas con los derechos civiles, ya sea la cuarteta formada por Gerson/King/Lucas/Lucas por Judas and the Black Messiah, o el especialista Aaron Sorkin por El juicio de los 7 de Chicago. Lee Isaac Chung tiene también posibilidades por su texto en Minari e incluso la ferocidad feminista de Emerald Fennel por Promising Young Woman.

En el terreno de las actuaciones, el recién fallecido Chadwick Boseman parece que ganará, aunque Anthony Hopkins entregó quizá la mejor interpretación de su carrera y lo merecería con creces. Viola Davis lidera las opciones por su interpretación como La Madre del Blues, si bien Carey Mulligan entregó una notable actuación como una especie de señorita venganza posmoderna; nunca hay que descartar, desde luego, a la gran Frances McDormand. Para las interpretaciones de reparto, la abuela Youn Yuh Yung y el líder de las Panteras Negras Daniel Kaluuya levantan la mano como fuertes contendientes, si bien Paul Raci puede hacer sombra y Glenn Close, también nominada a los razzie, quizá se lo lleve como una forma de reconocer su trayectoria y sus varias nominaciones.

En la animación se lo darán a Soul, que también se puede llevar la estatuilla de la banda sonora cortesía de la mancuerna Reznor/Ross, pero ojalá ganara Wolfwalkers, y en el corto, parece que el sensible If Anything Happens I Love You, poderoso mensaje anti-armas, triunfará en la categoría, aunque acecha Burrow. En internacional, donde se extrañó a Martin Eden, Ya no estoy aquí y La llorona, parece que Otra ronda de Thomas Vinterberg va de gane, si bien el filme rumano Collective puede tener algo qué decir, pensando en que también está nominado como mejor documental, ámbito en que ojalá ganara Campamento extraordinario, aunque se menciona a Mi maestro pulpo.

El reconocimiento a canción original puede ser para lo (sí) Seen de Diane Warren/Laura Pausini para la película La vida ante sí –ojalá que así sea- o bien Speak Now de Leslie Odom Jr./Sam Ashworth para Una noche en Miami, mientras que el galardón a mejor corto documental se orienta hacia A Concerto is a Conversation, logrado relato del intercambio entre un nieto músico y su emprendedor abuelo, y el de ficción al emotivo filme Feeling Through, cargado de fuerte empatía hacia las limitaciones de los demás.

En el campo de la edición, está presente El sonido del metal, favorita en la categoría de sonido, justamente, con todo y la participación mexicana, pero también la cinta de Aaron Sorkin se anota para el premio. Emma, lograda adaptación del texto de Jane Austen, se lo puede llevar en vestuario y maquillaje/peluquería, donde compite con atuendos y pelucas de La Madre del Blues, mientras que Mank, llamada a convertirse en la clásica película multinominada que se va en blanco, o casi, puede llevarse el de diseño de producción. A manera de consolación y como si se tratara del gol de la honra, Tenet podrá ganar el reconocimiento a los efectos especiales, después de decepcionar a propios y extraños.

Sin que lo tomemos demasiado en serio y visto desde la perspectiva del entretenimiento, esta edición estará marcada por la sana distancia, la reducción del acostumbrado glamour y las interrogantes en el aire sobre el futuro de una industria en plena encrucijada acerca de sus necesarias reconfiguraciones en cuanto a sus procesos esenciales de producción, distribución y exhibición.


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