El 25 de abril de 1974, desde los primeros minutos, se desarrolló una intensa actividad por parte de los capitanes y oficiales del ejército portugués contra el régimen que tenía cerca de 50 años en el poder.

La población de las principales ciudades de Portugal salió a las calles para expresar su apoyo a los oficiales que se enfrentaron a la estructura dictatorial del régimen. Al anochecer el gobierno quedó en las manos de los jóvenes capitanes del ejército, y el general António de Spínola se convirtió en el primer presidente de Portugal tras la revolución.

La historia de la llamada Revolución de los Claveles se origina porque un soldado apostado en un tanque pidió un cigarrillo a una mujer, Celeste Martins Caeiro, que pasaba y ella le contestó que no tenía; en cambio, le entregó un clavel de un ramo que no había vendido. Luego otros le pidieron y los colocaron en el cañón de los fusiles para demostrar la pacífica revolución que encabezaron.

La Revolución de los Claveles trajo un nuevo aire en los movimientos sociales después del golpe de Estado de los militares chilenos, y mostró para África un nuevo camino.

De los jóvenes presentes en ese movimiento, Nuno Júdice, (1949, ensayista, novelista, profesor universitario y poeta), sale con un cartel de apoyo y se manifiesta en favor de los militares que transformaron a Portugal.

Su poema 25 de abril evoca estos momentos.

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