viernes. 19.04.2024
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54 MUJERES, LA SERIE [XX]

54 Mujeres, La Serie [XX] • Amelia Fletcher (Cuando el indie era pop) • José Luis Justes Amador

José Luis Justes Amador

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54 Mujeres, La Serie [XX] • Amelia Fletcher (Cuando el indie era pop) • José Luis Justes Amador

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But then I went to a gig, and saw this cool-looking girl who was wearing a Pastels badge. I was so relieved that I marched straight up to her and asked her if she wanted to be in a band. She said she had no idea how to play guitar or write songs, but she was up for trying. And Talulah Gosh was born!
(Amelia Fletcher, entrevistada por James McMahon)

Amelia Fletcher fue a un concierto en una Oxford de mediados de los ochenta que estaba adormecida por la falta de nuevas músicas. Parecía que a nadie le interesaba la misma música que a ella: el pop de los grupos de chicas de los años sesenta y la rebeldía punk. Elizabeth Price, que había ido a aquel mismo concierto, llevaba un pin de The Pastels (un grupo que había escrito una canción, apropiadísimamente titulada “My heart’s my badge”). Aquel día iba a nacer uno de los grupos fundamentales de indie pop que recorrería el mundo, como un secreto susurrado antes que copando listas de éxito en los últimos años de la década de los ochenta. Un grupo al que todo el mundo toma como epítome del espíritu del C86 (por el nombre de la cinta que regaló el New Musical Express), aunque apenas se estaban formando cuando salió.

Y aunque Talulah Gosh, complementado por otros tres músicos que ya llevaban algo más de tiempo en grupos primerizos que las dos chicas sólo grabó un disco completo, su influencia se ha mantenido ya por tres décadas. Fueron indie pop antes de que nadie siquiera hubiera inventado el término, y fueron riot grrrrls antes de que al otro lado del Atlántico nadie lo fuera. Pero musicalmente eran, sobre todo e incluso en las canciones más tristes, una máquina de alegría vital. Tal vez por ello fueron despectivamente conocidos como representantes del sonido “twee”, la forma en que los niños ingleses balbucean en sus primero años “sweet”. Un “twee” que, como todos los insultos, acaban siendo reciclados orgullosamente por los ofendidos para crear el lema que ha pasado a la historia: “twee as fuck”.

Pitchfork resume el siguiente grupo de Amelia Fletcher con una frase acertadísima: “muchos te dirán que Heavenly fueron el grupo más grande del indie pop de toda la historia; algunos incluso le quitaría el ‘indie pop’”. Ya que la formación era prácticamente la misma que en Talulah Gosh, Heavenly, ya con más maestría musical, perfeccionó todas las características de su sonido: guitarras alegres y cautivantes, armonías vocales venidas directamente de los sesenta y temas para nada complacientes o autolaudatorios. Chicos bien vestidos con camisas de rayas impecablemente planchadas y chicas de pelo corto bajo boinas al más puro estilo francés eran su público, y ellos mismos con una alegría por vivir el presente, que les emparentaba en cierto modo con lo más “arty” de sus antepasados mods. Pero esa vitalidad no impedía que, por ejemplo, en alguna de sus canciones incluso se atrevieron a tratar temas como las citas que terminan en violación, junto a temas tan explícitamente alegres como el juego de palabras de “Our love is heavenly”.

Tras tres discos, fundamentales para entender y disfrutar de eso que a falta de mejor nombre llamamos indie pop, y una breve colaboración de Amelia en proyecto llamado The Pooh Sticks, Heavenly desaparecen para dar paso, de nuevo, casi sin cambios en la formación, a los efímeros Marine Research y, un disco y poco tiempo después, a Tender Trap que encuentra a una Amelia cada vez más madura en lo compositivo y con una mayor tendencia a los medios tiempos, pero sin perder el espíritu que ya tenía en Talulah Gosh. Con ellos graba un disco que podría ser el resumen perfecto de toda la carrera de Amelia, “Ten Songs about Girls”.

Con ese espíritu colaborativo que ha recorrido toda su carrera aparece en el desconocido y efímero, como casi todo lo ameliano, European Sun, antes de asentarse —al menos hasta ahora– en su última aventura llamada The Catenary Wires, un duo que ella misma define como “los Lee y Nancy del indie pop”. Ella es también la voz que ha ido apareciendo en discos de grupos cercanos a su idea musical, que van desde los Wedding Present o The Brilliant Corners.

Amelia Fletcher, por si fuera poco, además de su carrera musical tiene una importante contraparte en la academia y la vida pública, ya que tras terminar su carrera de economía en Oxford, y a la par que tocaba, terminó un doctorado en economía sobre teoría de la autorregulación. Ha ocupado puestos directivos en la oficina encargada de vigilar el comercio en el Reino Unido, y desde 2013 es profesora de Políticas Competitivas en la universidad de East Anglia, y actualmente es directora de la Autoridad de Mercados y Competencia. Además, por sus multiples servicios estatales, es OBE (Officer of the Order of the British Empire) y BCE (Commander of the Order of the British Empire).

PD: Pero de Talulah Gosh no sólo saldría el talento que Amelia ha ido desbordando en su infinidad de grupos sino que Elizabeth Price, la otra componente femenina del grupo y autora de bastantes de las canciones míticas, en 2012 fue la ganadora del premio artístico más importante del Reino Unido, el Turner Price, por una obra de video titulada “The Woolworths Choir of 1979”.


 

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