Es lo Cotidiano

EL HOMBRO DE ORIÓN

De regreso a los inicios de James Bond

Juan Ramón V. Mora

'Spectre', fotograma de la película
'Spectre', fotograma de la película
De regreso a los inicios de James Bond

 

Las películas de James Bond protagonizadas por Daniel Craig han sido un camino lleno de sorpresas. El casting de Craig, la inusitada calidad que han tenido (exceptuando la segunda, ‘Quantum of Solace’) o el tono oscuro de las historias, han renovado una saga que parecía imposible de refrescar.

En ‘Casino Royale’ vimos el resurgimiento del personaje, con un mito fundacional que dejaba de lado la figura de galán sofisticado y nos mostraba a un 007 híper violento, desgarbado y a punto de dejarlo todo por una mujer. La influencia de las nuevas sagas de espías —como ‘Bourne’— se había dejado sentir. James Bond era más una reliquia aferrada a las glorias del pasado que un personaje con cosas para decirle al complejo mundo actual. Después de los fiascos protagonizados por Pierce Brosnan, Daniel Craig no le pareció la opción adecuada a casi nadie (yo incluido). Pero esa primera película fue tan buena, y la actuación tan sobresaliente, que todas las reservas al respecto fueron desechadas de inmediato. Un nuevo Bond había nacido, más acorde con los tiempos; sin mucha pantomima pero con el carisma intacto. 'Quantum of Solace' fue un tropezón profundo, pero no acabó de hundir el legado de la película anterior. ‘Skyfall’ fue una excelente forma de conmemorar el 50 aniversario del Bond fílmico. Lo tenía todo: un villano memorable, subtextos mucho más profundos que los que se esperan de una película de ese tipo, fan service, pesimismo, nostalgia enriquecida, etcétera.

‘Spectre’ es una buena película pero no está en el mismo nivel de lo que se había hecho en las tres  anteriores. Tengo la impresión de que los productores estaban ansiosos por regresar al modelo clásico del personaje, como si todavía existiera la URSS. Parece como si las tangentes que tan bien se habían trazado en las tres películas anteriores no fueran sino pretextos para construir un arco narrativo simple que depositara a James Bond en las aguas conocidas de toda la vida: relojes-bomba, máquinas de tortura ultra complicadas (muy distintas a la silla sin asiento que utiliza Le Chiffre en 'Casino Royale'), la ropa cara, los villanos esperpénticos, el “shaken, not stirred”, etcétera.

Los que hemos seguido la serie de películas nos encontraremos con una cascada de referencias. El mismo nombre de la película son las siglas de la muy conocida Special Executive for Counter-intelligence, Terrorism, Revenge and Extortion (SPECTRE), un nombre tan ridículo que se abstienen de mencionarlo. Todo esto no se siente como homenaje sino como una anomalía temporal; una película de Sean Connery filmada con técnicas y talento del siglo XXI. Un intento fallido (por ingenuo) de actualizar los lugares comunes del Bond de la guerra fría al mundo contemporáneo.

Cristoph Waltz nunca deja de ser una caricatura a pesar de que todos conocemos su capacidad actoral. Esto sucede porque su personaje, el legendario Ernst Stavro Blofeld (incluyendo un gato, saco de cuello mao y cicatriz), es ya de por sí una caricatura. Un malo muy malo, malísimo, que no hicieron nada por matizar aparte de darle una historia de origen ligada con Bond que se siente muy forzada. Una vieja amiga me contó que viendo esta película entendió por fin que Austin Powers es una parodia de Bond. Pudieron haber puesto a Mike Myers haciendo del Dr. Evil y no se habría notado mucho la diferencia.

Lo que más lastima de ‘Spectre’ es la decepción, el cambio de juego traicionero. Uno entra asumiendo que las películas anteriores eran parte de una nueva era y no sólo un pretexto para colocar al 007 de nuevo en lo que siempre había sido. Y lo que siempre había sido está muy bien; por algo la serie de películas tiene más de cincuenta años y todos seguimos abarrotando las salas cuando aparece una nueva.

El encanto y la fuerza del personaje va más allá incluso de los actores que lo interpretan. Pero las películas que había hecho Daniel Craig por una vez habían tomado los clichés de la serie y los habían transformado en algo imaginativo y fresco, adecuado para los tiempos. En ‘Spectre’ eso no sucede. Por buenos que sean los actores, por hermosas que sean Léa Seydoux y Monica Bellucci, por efectiva y bella que sea la persecución inicial en la Ciudad de México o lo bien dirigida que esté… Nada de eso ajusta para hacer de esta entrega algo más que una diversión tambaleante.


 

Juan Ramón V. Mora (León, 1989) es venerador felino, escritor, editor, traductor y crítico de cine. Ganó la categoría Cuento Corto de los Premios de Literatura León 2016 y fue coordinador editorial en la edición XXII del Festival Internacional de Cine Guanajuato. Escribe sobre cine en su blog: El hombro de Orión.

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