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RESEÑA

FIAC en tres actos • Karla Gasca

Karla Gasca

FIAC en tres actos • Karla Gasca

 

Recientemente se llevó a cabo una edición más del celebrado Festival Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC) en la ciudad de León, con una oferta artística y musical de lo más inusual, bajo el concepto “Paraíso perdido”. Siguiendo este hilo temático nos podemos preguntar, ¿qué tiene en común la música balcánica con la cumbia guapachosa y las bandas sonoras de las películas de Kielslowski? (me refiero al plato fuerte del festival). Quizá los únicos que pueden ofrecer una respuesta a esta incógnita son sus programadores.  

1. Goran Bregovic, un teatro remodelado y las ansias por bailar

Pues bien, con la fama que se ha creado el FIAC con el paso del tiempo y su repentina desaparición y reaparición, no quedaba de otra que cumplir con las expectativas que el mismo festival se ha puesto, incluyendo un cierre con broche de oro para algunos de los ahora exmiembros directivos del Instituto Cultural de León, que han dejado su puesto con el inicio de una nueva administración municipal. Una despedida con bombo y platillo, como se conoce. Y aunque es cierto que nada nunca se comparará a la épica visita de Dead Can Dance a la ciudad, lograron traer ni más ni menos que a Goran Bregović a un remodelado (para bien o para mal) Teatro Manuel Doblado.

Sin embargo, Goran Bregović es sinónimo de fiesta, y después de una prolongadísima cuarentena en la que la mayoría de las personas se guardaron en su casa sin dar siquiera una zapateada, la llegada del rey de la música balcánica al Manuel Doblado creó una expectativa aun mayor. Los asistentes querían y esperaba una sola cosa: bailar. Después de media hora de retraso, un teatro abarrotado de oyentes ataviados con sus mejores galas de fin de semana y cubrebocas, se colocaron al filo de la butaca para (por fin) festejar, esperando quizá el mismo nivel de desmadre que provocó el buen Goran y su banda en la alhóndiga de granaditas allá en el 2013, cuando ni una lluvia torrencial paró la bulla.

El resultado fue mucho más cordial, mucho más moderado como exige el lugar, pero nadie la pasó mal, o al menos eso pareció. Para el final de la noche la mayoría de los asistentes había abandonado su butaca y buscaba un lugarcito, aunque fuera en el pasillo, para mover lo que pudieran mover, porque era Goran y su banda interpretado Tres cartas desde Sarajevo, ¿ni modo que no?, y el teatro con su traje nuevo y sus encandilantes luces led quedaron en segundo plano. Qué suerte para todos que los boletos, carísimos en un inicio, bajaron de precio, después pasaron al 2x1, luego al gratis para estudiantes y finalmente a las cortesías. El FIAC lo logró una vez más, pero la fiesta, lo que se dice fiesta, se llevó a cabo al día siguiente.

2. Cumbia sin restricciones. La Fuente de los Leones como testigo

El sábado 27 de noviembre por la noche, la fiesta cumbianchera (así se le nombró) llegó a la Plaza Fundadores con Son Rompe Pera, Corroncha Son y QVLN Quetzal Guerrero & Dj Sunny Z y los ya conocidos y queridos músicos de Sonido Gallo Negro, y ahí sí, como desquitando los largos meses de cuarenta, el baile y la fiesta se extendió hasta poco antes de la medianoche. Antes que nos alcance el omicrón todos, pero todos los asistentes, buscaron su cachito de plaza para mover las caderas. A pesar de que el estelar era para Sonido Gallo Negro, los que se llevaron la noche fueron, sin duda, los músicos de Naucalpan Estado de México: Son Rompe Pera, los “roqueros” de la cumbia, con una marimba y una actitud impresionantes. Dejaron tan alta la vara para los de Sonido Gallo Negro, que a estos les costó trabajo levantar la fiesta luego de que los músicos de Son abandonaron el escenario. Eso sí, fue grato presenciar en vivo el performance de Dr. Alderete con unos visuales, como siempre, alucinantes. Habría que echarles la culpa de todo a las chicas de Corroncha Son y a sus invitadas, quienes se encargaron de prender la mecha con su música de protesta, cumbia y rap cargadas de energía. Esa noche casi no hubo cubrebocas ni policías, pero sí mucha cumbia, mucho baile, chelas clandestinas y toques de mota. La Fuente de los Leones (con sus también encandilantes luces led) fue testigo del fiestón.

3. El compositor que hizo las bandas sonoras de las películas de Kieślowski, cuyo nombre es impronunciable

Otra gran y grata sorpresa que nos trajo el FIAC este año, fue la presencia de Zbigniew Preisner, mejor conocido como “el compositor que hizo las bandas sonoras de las películas de Kieślowski”.  El productor musical visitó por primera vez la ciudad de León para presentar, también en el Teatro Doblado (sí, remodelado, no hay que olvidarlo) “Requiem para mi amigo”, o al menos un fragmento de su disco dedicado a su amigo Kieślowski, con quien trabajó en múltiples ocasiones. Quizá su trabajo más representativo y más conocido fue el que realizó junto al cineasta polaco en una de las grandes trilogías del cine: Trois Couleurs: Bleu (1993), Trois Couleurs: Blanc (1994) y Trois Couleurs: Rouge (1994). Muchos cinéfilos asistieron al concierto, pero también un público que sin saber lo que esperaba, se animó a escuchar algo diferente. El resultado fue alucinante e hipnótico, tenebroso en momentos y a la vez, muy conmovedor. Escuchar en vivo a los músicos de Zbigniew en compañía de una soprano increíblemente talentosa, fue un regalo que sin duda será difícil olvidar, como es difícil olvidar la magia que el dúo polaco logró en el mundo del cine. Al finalizar el concierto Zbigniew mostró agradecimiento al público y se disculpó por las fallas técnicas, señalando que éstas “no eran su culpa”.

Cabe destacar y aplaudir que, a pesar de todas las dificultades, los recortes presupuestales y los cambios de administración, el FIAC sigue.

Uno de los más importantes (si no es que el más) aciertos del festival, es el de integrar a los músicos de la Camerata Académica de la Escuela de Música de León, el Coro de Cámara del ICL, la Orquesta Sinfónica Pinto Reyes y la red de Coros y Orquestas Comunitarias de León con los artistas estelares. Una acción que sin duda los marcará de por vida y será un aliciente importante para que continúen su carrera musical, haciendo disfrutar al público con su alegría y talento.

Nota: Debo señalar que hubo más eventos durante el FIAC, pero los que menciono acá fueron los que alcancé a presenciar y disfrutar. Habrá que ver qué nos depara el próximo año. Esperemos que más arte, más fiesta y cultura y menos pandemia y mutaciones del temido virus.

 

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