sábado. 20.04.2024
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RESEÑA

‘No mires arriba’: lo de menos es la anécdota, lo importante es cómo reaccionamos • Sergio Inestrosa

Sergio Inestrosa

'No mires arriba', fotograma de la película
'No mires arriba', fotograma de la película
‘No mires arriba’: lo de menos es la anécdota, lo importante es cómo reaccionamos • Sergio Inestrosa


La película No mires arriba que sólo se puede ver en Netflix, dirigida por Adam McKay, cuenta con la actuación de Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, se vale de una anécdota poco probable: el descubrimiento astronómico realizado por una estudiante de doctorado, quien con la ayuda de su tutor y del encargado de la NASA, tratan de llamar la atención de la Casa Blanca —primero– y de la sociedad en general —después, asistiendo a un popular programa de televisión–. Sin embargo lo interesante de este film es el poco interés que este descubrimiento dramático suscita. 

La idea que subraye en todo el film es el poco interés y la falta de credibilidad que tiene la ciencia, sea el caso de la pandemia, el cambio climático o la remota posibilidad de que un cometa se estrelle contra la tierra, aniquilando con ello a la especie humana.  Y la forma en que se presenta en la película es a través de un ambiente de liviandad, parecido al que vivimos hoy día, donde importan más los chismes de la farándula, los deportes o las teorías conspirativas de todo tipo. 

La película se vale del humor negro y de la ironía para presentarnos una reacción tragicómica pues a los científicos no se les toma en serio, se les desacredita, se les resta legitimidad y en su lugar las redes sociales, los medios de comunicación y toman la centralidad de la acción los políticos corruptos y egoístas y los gurús tecnócratas y empresariales. 

En este contexto, el grito de la ciencia parece cosa de activistas radicales, de gente un poco histérica, catastrofistas que lo ven todo color de hormiga. Un momento clave de esta idea es cuando Leonardo DiCaprio, quien hace el científico de una universidad estatal de Michigan (que no tiene el prestigio de un profesor de una IV League: Harvard, Princeton, etc.), grita impotente y desesperado ante las cámaras de televisión: “Sabemos que el cometa existe porque lo hemos visto, ¡hasta le sacamos una foto!”  Y la reacción de los conductores es decir que el científico carece de preparación para manejarse frente a las cámaras.

Otro momento interesante se da cuando la presidente de los Estados Unidos, interpretada por Meryl Streep, en un mitin que se parece mucho a los organizados por Trump, aconseja a sus seguidores no mirar hacia arriba, pues los científicos quieren meternos miedo; en cambio les pide que continúen su vida normal, que se tomen unas cervezas, que vivan con tranquilidad ya que la vida es corta y de todos modos nos vamos a morir.

Es interesante esta escena, pues la ciencia reclama que miremos hacia arriba, que exploremos el firmamento para aprender, para descubrir, y uno de los protagonistas pide que miremos para arriba, pues los políticos nos engañan haciéndonos creer que todo está normal, que no hay de qué preocuparse pues la vida sigue su curso normal.

Es digna de ser mencionada la no inclusión de las iglesias en la película, aunque asistimos en los últimos momentos del film a la gente recurriendo a su fe, casi como un acto de desesperación o de resignación. Y claro, los poderosos, ese pequeño grupo de elegidos, ya tienen lista la nave espacial para escapar de la catástrofe.  


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