Es lo Cotidiano

DIANTRE DE LEÓN

Penitencia

Flor Bosco

Afuera del confesionario repasa mentalmente los hechos de aquella mañana. Su novio sale del cubículo con ojos de arrepentido. A solicitud del párroco ella se arrodilla entre las piernas de éste.

Trabando la mandíbula se deja interrogar. A la tercera pregunta, las palmas temblorosas del cura descansan en su pecho. Oculta su turbación encorvándose; impávida mueve la cabeza afirmativamente.

Un credo y tres padre nuestros son la penitencia. Se levanta santiguándose. Frente al altar reza un rosario entero con la esperanza de limpiar todas las huellas de su piel.

(De la serie Sombrías nostalgias)