sábado. 20.04.2024
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POESÍA

Poema No 8

Carlos Luis Ortiz

Carlos Luis Ortiz
Tachas 457


Una mesa de roble, porque el roble es fuerte, perecedero, porque el roble no muere o si muere sabe adherirse a tumbas invisibles. Una mesa de roble para escribir sobre esas grietas que ya se escribieron solas antes /después, sobre la que se expanden líquidos cadáveres, humos ahogados. Una mesa de roble con una silla vacía, para que siga escribiendo el fantasma crudo, el pasado clarividente. Un sol que apenas entre, que encorvado choque con el marco superior de una puerta, un local húmedo, soberanamente húmedo, como la letra de una canción atorada que crece, CRECE hacia la barra de agrios recipientes, de metales con filo de aguja, con filo de estoque, diurno, vespertino, matutino como el noble ebrio que no deja que pase el día, fiel al desdoblamiento, al flotar, al ruido de las palabras mudas y lentas. Una mesa de roble para el madero, para las vigas hambrientas, para el rezago de cloro, para el intersticio donde muerde la rata todo el solar del mundo. Una silla vacía, abrigo del moho, o acaso el moho no siente frío, acaso el polvo no se vuelve humano cuando ama…Abrigo es el polvo para la muerte y viceversa, abrigo como el último cubo del recuerdo, ese que gira deformemente, sin física, ese que transfigura los rostros, las bocas. Ese último cubo del recuerdo a donde fueron a parar los caseríos, los pueblos, los matorrales, los suburbios, los festines a la sombra – el arrabal desconocido en el que cantaban cuchillas y tambores- Una mesa de roble para entrar como vigas con amores de obsidiana.



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Carlos Luis Ortiz M. (Guayaquil - 1979) Poeta, comunicador y profesor universitario. Estudió en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil la carrera de Comunicación Social, posteriormente desarrolló una Maestría de Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Andina Simón Bolívar. Su poesía ha sido incluida en la antología “Bandada: Novísima poesía ecuatoriana”, publicada por la Campaña de Lectura Eugenio Espejo, así como en selecciones de poetas dentro y fuera del país. Este poema pertenece al libro “Biografía del espejismo”.



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