Estaciones (III)
Rosa Murillo
Rosa Murillo
09:26 12/04/15
Madre,
los cordeles del tiempo
no son brisa,
de sólido henequén
han sido hechos;
no trates de romperlos
con tu amor,
flor primitiva,
aserradero de adioses
y de culpas.
Ya todo se ha quebrado;
tu espejo envejecido
se rompió cuando mi
padre
pintaba una pared;
ni rastro hay de tu aroma.
Sobre tus cosas
el silencio, la polilla.
Esto, en fin,
es lo que queda.
Despostillado está mi
entorno, cubro tu vida
como a un vidrio
la maleza.
(Del libro Objetos y Sujetos)