miércoles. 24.04.2024
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​Desayuno de campeones

Leonardo Biente

De izquierda a derecha: George Hirsch, Tom Wolfe, Gloria Steinem, Clay Felker (director), Peter Maas, Jimmy Breslin y Milton Glaser. En la redacción del suplemento dominical “New York”, del “Herald Tribune”, una noche del otoño de 1962
De izquierda a derecha: George Hirsch, Tom Wolfe, Gloria Steinem, Clay Felker (director), Peter Maas, Jimmy Breslin y Milton Glaser. En la redacción del suplemento dominical “New York”, del “Herald Tribune”, una noche del otoño de 1962
​Desayuno de campeones

 

para Tom Wolfe
precisamente, ay, hoy

fumaba un cigarrillo
leía en una esquina
una copia vieja de lightinaugust de williamfaulkner
y se tomaba un café
(con leche, apuesto un lincoln)

se reía, amanerado
de las camareras

y no dejaba propina
            (ni un washington sucio y arrugado)
y dejaba la mesa hecha un asco

muchas veces deseamos
que sentado en su esquina
            se tirase encima el café por varias razones
1) que se arruinase su faulkner barato (cheap bastard!)
2) que se quemase un poco
3) que se viese un poquito humillado
4) que se manchase su puto traje blanco
nunca pasó y solo tal vez por eso
fue que escribió charlottesimmons y cosas así
            (nuestro deseo, de cumplirse, le habría ayudado)

y un día vino jerrygarcía
y salió la única rima de un poema mediocre
            (en verso libre)
y él no se dio cuenta porque leía a faulknerensuesquina
            jerry escupió en su taza y el gargajo
            fue tan blanco como la leche como el traje
            como el disco de moda en el inviernodelsesentayocho

se lo bebió
como si nada

como si nada,
            así lo hacía todo
                               todo

fue una venganza necesaria
porque él nunca estuvo ahí y escribió como si - - -
él estaba en su esquina con su café y su faulkner
y escribió como si no
            (y se embolsó cientos y cientos de franklins)

y un día la camarera le habló de
            hunter’s’thompson
y se puso a temblar
            como rata acorralada por diez gatos

ese día sí dejó propina
            (un hamilton, pero más le valía)

y un día fui yo a preguntarle
            sobre el libro que siempre repasaba
y me di cuenta
(y se dio cuenta de que me di cuenta)
de que no leía…:
1) las páginas del libro no eran páginas
2) la cubierta del libro era una cubierta pero no de libro
3) se sentaba en la esquina para encubrir todo el asunto
4) me reí con la mejor carcajada de mi vida

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dentro de las páginas del libro
así como los niños incrustan historietas
entre tratados de química o historia o gramática
él tenía un espejo

un espejo

UN ESPEJO

un espejo

ese día le invité yo el café con leche
al poco tiempo ya no volvió

*Leonardo Biente es escritor y poeta. También es empleado de día.