Es lo Cotidiano

FUMADORES [XIX]

 Chavela Vargas

José Luis Justes Amador

Chavela Vargas
Chavela Vargas
 Chavela Vargas

La fotografía es un fotograma del documental “Chavela”, de las estadounidenses Catherine Gund y Daresha Kyi, que se estrenó el año pasado en la Berlinale.

En la imagen está irreconocible. O, al menos, alejada de su imagen más reconocible. Podría pasar por una intelectual francesa de la época del existencialismo o por una directora italiana de cine coetánea de los neorrealistas. Podría ser un alto cuadro de la dictadura cubana (ese enorme habano) o una científica en un momento de descanso lejos del laboratorio o el despacho. Podría parecer mil cosas. Excepto ella misma.

El cabello apenas está recogido en una coleta que apenas podemos ver y los enormes lentes nos hablan de un momento muy alejado de los escenarios. Como en casi todas las fotografías con puros, es imposible quitar la vista del largo cigarro. Chavela, sin embargo, mira más allá.

Hay humo, pero el humo no sale del tabaco sino de algo que la artista sostiene en su mano. Eso es lo que mira. Algo se está quemando. Chavela, probablemente, ha quemado algo.

Podría ser, en un gesto de millonario extraño en ella, un billete con el que ha prendido su cigarro. Podría ser una nota de un admirador, como le llegarían muchas, que le sirvió, al menos, para encender su puro. Sea lo que sea, está a punto de soltarlo. De dejarlo caer en un cenicero que no vemos.

Como en todas las fotografías hay algo de asalto a la intimidad. Y, sin embargo, apenas nos percatamos. En nuestro tiempo de Instagram, de Facebook, de mil y una fotografías compartidas e impúdicamente exhibidas, es raro no haber accedido a los momentos más caseros, familiares o íntimos de tantos y tantos héroes del deporte, el cine y la música. Pero son fotografías, la mayoría, preparadas, encargadas a encargados de prensa y community managers. Esa gran diferencia es la que hace a esta fotografía más valiosa.

¿Qué hay en su mano? ¿Qué estaba pensado? Como todo el arte valioso, esta fotografía de Chavela Vargas deja más dudas que certezas.

Probablemente ninguna de las dos directoras, ni nadie de los que estaba presente cuando se tomó la imagen, se atrevió a preguntarle a Chavela Vargas por qué estaba fumando. Nadie quiere arriesgarse a la respuesta: “Los mexicanos fumamos, igual que nacemos, donde se nos da la gana”.

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