Es lo Cotidiano

RESEÑA

Sobre ‘99’, de José Luis Justes Amador

Ileana Garma-Estrella

 

José Luis Justes Amador, '99', portada
José Luis Justes Amador, '99', portada
Sobre ‘99’, de José Luis Justes Amador

Este libro es una bitácora expandida, un largometraje donde el sonido de la noche, del invierno, de los días que se agolpan uno a uno, son apuntes precisos que nos ayudan a transitar en él, sí, en él, porque con cada poema, nos volvemos cómplices de ese alguien que ejerce movimientos. Este es un libro de actos irrepetibles.

Una historia se va desplegando poco a poco, por esta razón me permití elegir poemas, a  veces conformados sólo por una palabra o dos versos, porque esos textos eran claros remates, vueltas de tuerca o espacios abiertos.

Justes dice:

“Todo lo que escribí lo hice
a veces por amor por rabia otras
pero siempre con la voluntad
de luchar contra el tiempo inexorable”

Pero más que una lucha, pareciera un acuerdo, un diálogo en el cuál el tiempo cede espacios y voces, que el autor llena con colores, ciertas bebidas, nombres precisos, citas, música o poemas de otros poetas.

Ese deseo del poeta de escribir cada día, de hacer una bitácora donde el presente retome al pasado y señale al futuro, es un cambio en nuestra idea de la memoria, porque la define con esta acción, como un acuerdo personal, como una ficción poética desplegada dentro de nosotros, como si los poemas ya estuvieran ahí, y bastara con escribir cada día, para irlos sacando, como si se tratara de huevos, de huevos de oro.

De esta manera, José Luis recurre al archivo de su propia vida y a partir de este material se pregunta y reflexiona sobre lo que acontece y sobre la incertidumbre permanente de lo desconocido. Pareciera que como Marcel Proust, que intenta recuperar “algo” que presiente escondido en el sabor de una madalena remojada en té de tila, Justes intenta encontrar ese “algo” misterioso perdido en la vida; para recuperarlo escribe, día a día, 365 poemas, que tuve el placer de leer, para entregar ahora esta selección.

Cada poema es un bocado dulce donde el tiempo se expande, crece, te incluye, porque el invierno regresa, una y otra vez, y este poeta ha generado las reglas necesarias para que sus poemas sucedan, incansablemente.

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