Amo mi muerte
y su promesa de siempreviva horizontal.
Urgente de segundos,
fiel materia prima de invenciones
a cuatro vidas
mitología de gallina y huevo sagrado
breve y original, obra maestra
ajena a mi voluntad.

Lo más cerca que estuvo:
simulacro de fusilavidas.
Lo más lejos:
el fondo del Río en la hondura del alma.
Ahí estabas amor de privilegio
en el agua marrón y mugre
pronunciando tu nombre y tu foto
                                   del documento.
No volveré al centro del olvido
cada sudestada me traerá tu luz
inundará la memoria y entonces
hablaré tu lengua recuperada
con mi boca en cruz,
en nalgas y mortaja.

Uno es verbo y huesos precarios
modo de ser, eones, batalla,
quimera incesante de una fábula
                                   racional, insumisa
ternura profanada por el furor
de un entusiasmo sospechoso,
caballo de vidrio dentro de una canica
que en la escena del apocalipsis rueda
                                   hacia el temblor
porque Dios está entre el público.
 
Algún día –por fin– desapareceré.

***

Lisi Turrá (Buenos Aires 1959). Poemarios: Vía (2009), Fulana (2009), La cacerola deslumbrante (2014). Antologada en Poesía Viva de Jalisco (2004), 100 poetas del mundo, (2006), 101 Poetas 101 Pintores (2009) y Padre y Madre (2011).

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