Un par de películas relacionadas con sendos casos reales plantean cierta esperanza para que la justicia tenga un lugar privilegiado en nuestras sociedades, por encima de la lógica impuesta por los poderosos o por los prejuicios económicos, raciales y clasistas que, aún hoy en día, siguen teniendo un papel preponderante en la cotidianidad y, por ende, en los mecanismos y procesos legales.

En ambos planteamientos se identifica con claridad la añeja idea del luchador solitario que se enfrenta a un sistema legal, en apariencia carente de fisuras, que incluso parece haber adormecido y controlado a quienes lo padecen, como si así tuviera que ser el estado de las cosas.

Medio ambiente

Dirigida por Todd Haynes, fuera de su habitual campo temático (Safe, 1995; Lejos del cielo, 2002; Carol, 2015) pero conservando la sutileza para el acercamiento a los personajes y sus tribulaciones en situaciones complejas, El precio de la verdad (Dark Waters, EU, 2019) retoma The Lawyer Who Became DuPont's Worst Nightmare, un artículo de Nathaniel Rich publicado en la revista del New York Times, en el que se narra el caso que encabezó Rob Bilott (Mark Ruffalo, al borde del colapso) para demandar a la poderosa compañía Dupont por utilizar venenosas sustancias químicas en sus procesos de producción, dañinas para el ganado y el ser humano, incluyendo la contaminación del agua relacionada con el cáncer y otras afectaciones físicas.

A pesar de pertenecer a un bufete jurídico que atendía a la empresa en cuestión, Bilott decide por fin hacerle caso a un granjero (Bill Camp) y con el apoyo de su jefe (Tim Robbins), de su esposa (Anne Hathaway) y de algún colega (Bill Pullman), se lanza a una misión sumamente complicada, considerando las obvias resistencias del monstruo químico y las de la propia gente de la comunidad, por aquello de atentar contra la fuente de empleo más importante del lugar. El filme no pierde de vista las dificultades de las personas afectadas, a pesar de narrar con destreza todo el proceso de indagación y presentación de pruebas.

Igualdad

En tanto, Destin Daniel Cretton dirigió con claro sentido social Buscando justicia (Just Mercy, EU, 2019), cinta basada en el libro del abogado y luchador por los derechos civiles Bryan Stevenson (Michael B. Jordan), aquí también fungiendo como productor ejecutivo, en la que recupera la experiencia de la defensa que realizó, con el apoyo de una abogada local (Brie Larson, quien fue dirigida por el realizador en la sensible Short Term 12, [2013]) en el caso de Walter McMillian (Jamie Foxx), un afroamericano acusado injustamente a la pena de muerte con base en un dudoso testimonio de un criminal (Tim Blake Nelson), por supuestamente cometer el asesinato de una joven de 18 años.

Recién egresado de Harvard, decide sumergirse en ciertos ambientes todavía racistas de Alabama, en lugar de entrar a los grandes corporativos, para trabajar en favor de presos que no tuvieron un proceso sólido y que presumiblemente fueron encarcelados de manera injusta. La recreación de las dificultades que enfrenta el recién llegado con los impartidores de justicia y con la desconfianza de la propia comunidad afroamericana, consigue involucrarnos no solo en el intrincado proceso legal, sino en los contextos sociales de finales de los ochenta y en los vínculos que se establecen con otros presidiarios en situación extrema.

[Ir a la portada de Tachas 371]