Es lo Cotidiano

Nueve demonios

Néstor Pompeyo Granja

Nueve demonios

Espantadiza la vista: procesión de leviatanes.
 
Alrededor de la mesa, nueve demonios,
conocedores de mi espíritu hospitalario,
departieron sobre política migratoria
y las ventajas del regreso al patrón oro.
 
Hablaron durante horas
—yo no sabía que los demonios
beben tanto café, o hubiese preparado
una mezcla especial de granos colombianos—.
 
Nueve demonios sorbieron de sus tazas
y alistaron su evangelio fraccionado.
 
El primero, bendijo con su antorcha
guarderías y casas de retiro.
 
El segundo, lamentó la escena urbana
de palomas atropelladas.
 
El tercero, sugirió la creación de agujeros negros
para suicidas excéntricos.
 
Tres demonios, por la izquierda,
saltan, espantan, predicantan
las fricciones de un asalto meditado.

 
El cuarto, ponderó los alcances
de la relajación progresiva de Jacobson.
 
El quinto, leyó en voz alta
los efectos del jengibre sobre el organismo.
 
El sexto, fijó su postura
a propósito del conflicto árabe-israelí.
 
Tres demonios, por la derecha,
cuentan, conventan, esperpentan
flacas quimeras atrincheradas.

 
El séptimo, enroscó una bufanda
alrededor de mi cuello.
 
El octavo, atarazó las hebras
de libros, árboles y genitales.
 
Dos demonios sin postura, tristes, apartidistas,
fingen, corrigen, eligen
café soluble y sustituto de crema.

 
El noveno me citó en las dunas
y ofreció: “todo esto será tuyo”.
 
Advertí un punto de luz a la distancia.
Parpadeé.

***
Néstor Pompeyo Granja
(San Luis Potosí, 1984) es psicólogo de profesión, apicultor y apóstol por convicción. Labora en el ámbito de la educación universitaria y ejerce la psicoterapia. Tímido escribidor y hacedor de canciones. Cree fervientemente en la música, en los adolescentes y, por sobre todas las cosas, en Arthur Rimbaud. Está convencido de que la Tierra es hueca.

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