Extraños en un tren
Leonardo Biente
Los dos sujetos se bajaron antes de L.
Les vi alejarse y luego imaginé que caminarían
en dirección del viejo teatro.
La ciudad estará totalmente en silencio
y ellos irán silbando una de Irving Berlin,
hombro con hombro.
Al llegar a la fuente en donde me caí
a los cinco cuando mi padre me llevó a L por primera vez,
arrojarán una moneda.
Cruzarán hasta la estación del subterráneo
y no pagarán boleto: saltarán las barreras
y entrarán a otro vagón.
En un asiento habrá una joven pálida
que lee el cuento de Salinger sobre Esmé. El tren avanzará
como un atleta y se perderá en un túnel vacío.
Sobre la pantalla negra al final, créditos.
Un pequeño filme imaginario de una cámara sin nombre.
Y entonces ella se durmió en mi hombro.
***
Leonardo Biente es escritor y poeta. También es empleado de día.