Fue a mediados de los ochenta. Iba en el metro de regreso a casa después de mi jornada como estudiante de prepa cuando se subió el músico con la pinta de rockero: pantalón de mezclilla acampanado, playera negra estampada y un chaleco con logos de grupos de rock. Llevaba una larga cabellera china y empezó a tocar, con una guitarra y una armónica, una rolita muy pegajosa:

Ella convirtió la noche en un poema,
ella prometió mil días de alegría sólo él,
luego el tiempo habló no todo fue tan bello, no, no, no
ella se marchó dejándole una carta en el buró.
Estoy harta de todo,
de tanto rodar,
no es culpa tuya
es sólo mi forma de ser.

El intermedio era un silbido muy característico de esa rola, de hecho también es conocida como la canción del “chifladito”. Seguía la letra con la estrofa más recordada:

Esta noche no, no pienso ir a buscarla, no, no, no
esta noche no quiero mirarte otra vez

Al día siguiente en la escuela empecé a silbar la rolita y un buen amigo empezó a cantarla. Me dijo que el compositor era David Garnica del grupo Efecto Tequila o los Traviesos, que esa rola era muy famosa en el metro. Además, me comentó que por ser muy fáciles los acordes muchos jóvenes empezaban a cantarla.

Y sí, cuando me encontraba de nuevo a David Garnica y tocaba su rola, varios en el vagón lo acompañábamos con el “chifladito”.

Ya cuando era adulto me tocó coordinar un compilado de 101 rolas de rock mexicano. La idea era dar una mirada amplia de todos los grupos y todos los géneros. Ahí volví a encontrarme con la rolita, solo que ahora ya el grupo Interpuesto alegaba ser su creador…

Investigué un poco y me enteré que David ya había fallecido. Aun así, nos dejó una rola que ejemplifica el rock urbano en la Ciudad de México.

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Beto Cronopio (Cd. de México). 46 años. Fan de The Beatles y del rock mexicano de los años 70, incluyendo el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro. Ávido lector de dichos temas.

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