sábado. 20.04.2024
El Tiempo

Las trampas del desarrollo

"...que todos los países del mundo tuvieran un crecimiento económico del 3% anual del PIB, haría que los recursos naturales se agotaran en 20 años..."

Las trampas del desarrollo

Es indudable que esta época caracterizada por el miedo a la tecnociencia y la desintegración de las utopías políticas es la época de la “crisis del futuro.
Guilles Lipovetsky

                                                                                      Nuestro principal problema, incluso ahora, es que nos resulta más sencillo imaginar el fin del  mundo que el fin del capitalismo.
Slavoj Zizek

                                                                                                          

Todo apunta a la catástrofe ambiental inminente y de escala planetaria. Ya Carl Sagan dijo, “la vida del planeta inició sin el hombre y terminará sin él”, el punto nodal es saber en cuánto tiempo.

Las apuestas a la ciencia y la tecnología como solución a los problemas que ha creado la llamada civilización están en momento de posibilidad, su viabilidad depende de la visión de futuro que tengan las naciones en conjunto y sobre todo los 300 multimillonarios del mundo, que han acumulado una riqueza fuera de cualquier proporción social, riqueza que no es producto del esfuerzo y del trabajo, sino las oportunidades financieras que han tenido, de la apropiación de recursos naturales que son pagados a precios por demás baratos y por la expropiación del valor del trabajo de cientos de millones de personas en todo el planeta.

La reunión del G7 que inició el pasado sábado y concluye el lunes 26 agosto, deja en claro las preocupaciones de las potencias económicas de Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá y Japón con relación a los indicadores de una guerra comercial iniciada por Trump en contra de China y otros países, en donde los acuerdos de libre comercio, dentro un mercado neoliberal, quieren ser revertidos en aras de mayor poder económico de los Estados Unidos y en la tendencia de querer desregular los acuerdos financieros alcanzados en las última décadas, lo que pone en serias desventajas al resto de los países, que varía según los criterios que se usen, restando a los del Grupo de los 7 este dato varía entre 186 y 199.

Pero al mismo tiempo estos 7 países en gran medida son los responsables, históricamente de las situaciones de crisis por las que pasa el planeta en la actualidad: el desempleo sistémico, el aumento de la desigualdad, con expresiones de la creciente pobreza y de la miseria, la desnutrición, la carencia de agua potable en países en vías de desarrollo, la exclusión a la salud, pero sobre todo, estos 7 gobiernos son los responsables de la imposición de los modelos de explotación de los ecosistema naturales en todo el planeta.

Los incendios en el Amazonas, en Siberia, en España, los mismos Estados Unidos en California a principios de año o los recientes incendios forestales en México y los daños que ocasionan, en la flora y fauna, y en todos los ecosistemas, son parte de la severa crisis ambiental, asociada al ya evidente calentamiento global y que está asociada la forma en el que estos países  producen a escala mundial  bienes y servicios a través de miles de empresas.

Cabe señalar que estas naciones junto con otro tanto más, si consideramos al grupo de los 20 y o si contemplamos a los países miembros de la OCDE, -una decena más-, se sostienen con base a la producción de alimentos de los países del  “sur”, y que sustraen comercialmente de los cientos de países, que no tienen otra cosa que ofrecer o vender, además de las acciones de expoliación de millones de toneladas de materias primas, de la extracción de oro, plata, diamantes y piedras preciosas entre otros recursos.

Imaginar que todos los países del mundo tuvieran un crecimiento económico del 3% anual del PIB, haría que los recursos naturales se agotaran en 20 años, así, que las trampas del desarrollo están puestas desde hace mucho tiempo, dejando en claro la inviabilidad del modelo capitalista, por más ajustes y acuerdos que se tomen en estas reuniones, -que dicho sea de paso- se han montado literalmente sobre las aspiraciones de la Organización de la Naciones Unidas, de pensar y crear acuerdos reales para atender la complejidad de los problemas sociales, económicos, productivos, y humanos de manera consensada en favor de todas la naciones que la integran, pero el hecho es, que dentro de la lógica del capital se han creado instancias como el G7, que demuestra cómo es que se usa el poder económico, para seguir impulsado una estrategia que por demás es insostenible e inmoral y perpetuar la acumulación de la riqueza a la que se ha llegado. 

“Laboratorio sobre las Desigualdades Mundiales (WID – World Inequality Lab) presentó un  informe contó con la participación de más de 100 investigadores de los 5 continentes y presenta más de 175 millones de datos sobre desigualdad de la riqueza, ingreso nacional y desigualdad de los ingresos y estuvo a cargo de la coordinación de especialistas en el tema como Thomas Piketty, Gabriel Zucman, Lucas Chancel, Enmanuel Saez y Facundo Alvaredo.

El informe es contundente y alarmante: “el 1 % de la población de mayores ingresos a escala global, recibió el doble de ingresos que el 50 % más pobre y la clase media global se contrajo.” https://www.laizquierdadiario.com/El-1-mas-rico-del-mundo-recibe-el-doble-de-ingresos-que-el-50-mas-pobre

Las trampas del desarrollo se sostienen en la idea de hacer creer, que el crecimiento económico se traduce en calidad de vida, en justicia, en bienestar, en trabajo, en salarios justos, en salud, en educación.

Así, los acuerdos del G7 son una vez más sólo estrategias de contención para manejar las tensiones económicas y políticas a escala mundial, para seguir imponiendo un conjunto de estrategias en el marco de economía política capitalista, a costa de la vida y dignidad de miles de millones de seres humanos y de las lejanas posibilidades reales de rescatar, sanar y conservar la vida ecológicamente, hablando del planeta Tierra, huyendo de su responsabilidad ante la destrucción de ecosistemas completos bajo el argumento de impulsar el desarrollo de pueblos y naciones. Hoy más que nunca se requiere poner en práctica una Ética Mundial. Habrá que leer a Hans Kung de manera urgente y empezar de denunciar las múltiples trampas que se esconden en la idea lograr ser un país desarrollado.