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Como sucedió con el León y el Querétaro, los favoritos para llevarse los otros dos partidos de los cuartos de final terminaron sorprendentemente eliminados: una serie prácticamente se definió en el choque de ida y la otra acabó sentenciada gracias a una inesperada voltereta en el partido de vuelta. Veamos.

La pandilla expulsa a santos del paraíso

Un equipo se ve superado en los primeros minutos por dos goles de diferencia y es capaz de emparejar el partido y el marcador; el otro conjunto, que después de ir ganando dos a cero se ve empatado por el rival y, lejos de deprimirse, se lanza otra vez a buscar la ventaja. Pabón con un soberbio gol y Sánchez de cabeza al ‘12, cristalizaron un pleno dominio inicial del Monterrey sobre un desconcertado Santos, que poco a poco se fue asentando en la cancha después de los dos mazazos, al punto de lograr el empate en la misma primera mitad vía Furch y Castillo en el agregado. A pesar de que las acciones se desarrollaban en ambos arcos, el local se fue arriba otra vez con autogol de Arteaga, ventaja incrementada a través del penal ejecutado por el holandés Janssen; a manera de colofón, Pabón anotó de globito, abriendo y cerrando la cuenta y el partido.

El partido de vuelta fue en general bien controlado por los Rayados gracias a eficaz planteamiento de Mohamed, a pesar del esfuerzo de los de Torreón, que tuvo un primer fruto poco antes del minuto 20 gracias al tanto de Lozano: la meta de convertir dos goles más no parecía tan distante, siempre y cuando se cuidara la propia puerta. Había posesión de pelota, entrega en la recuperación y dominio, pero la mayoría de los disparos finales no llevaban dirección de portería. El punto final llegó por conducto de Janssen, a poco más de la media hora del final y a pesar de la revisión del VAR, que no modificó la decisión. Así, el octavo de la tabla, calificando al filo de la butaca en la jornada de cierre del torneo regular, logró desterrar al líder del torneo en su camino rumbo a la tierra prometida.

El águila elude al tigre

En un primer tiempo dominado por el América, las jugadas de peligro no fueron precisamente la constante. La UANL, una vez más jugando con un estilo a la segura y de gran desperdicio de su potencial, más bien se dedicaba a esperar al rival, que trataba de aprovechar la novatez del arquero felino. Tras un par de aproximaciones, Sánchez aprovechó una pelota en el área para enviar disparo franco y abrir el marcador cerca del final del silbatazo de medio tiempo. Muy pronto en la reanudación surgió el empate gracias a certero remate de Pizarro en tiro de esquina; vendría una polémica arbitral por un penalti al final no concedido para las Águilas y en cambio sí para los Tigres poco después: Gignac se encargó de darle la vuelta al marcador a poco más de veinte minutos del cierre. Los anfitriones lucharon pero sin mucho tino y cerca del desenlace otra jugada difícil en el área que no fue concedida como falta. El arbitraje es bueno o malo pero sin preferencias hacia ningún equipo.

El Volcán buscaba tener una festiva erupción para ver cómo sus jugadores le daban continuidad a la ventaja obtenida en el Azteca. El esquema cuidadoso del entrenador local otra vez falló y el freno no detuvo a sus rivales más importantes de los últimos años. Los visitantes se lanzaron hacia delante sin pensarlo demasiado, no obstante el peligro del contragolpe: obtuvieron merecido por conducto de Viñas con la cabeza, pasados los veinte minutos, y de Rodríguez, después de la media hora de juego. Los papeles se invertían y los Tigres no se acomodaban en su nuevo rol, al grado que Dos Santos anotó el tercero al final de la primera parte, lamentablemente jugada por los de casa, quienes reaccionaron pronto en la segunda parte con tantos de Aquino y Gignac con veinte por jugarse. Disfrutable tensión hasta que Aguilera clavó el cuarto para la visita vía penal y el poderoso conjunto neoleonés pagaba caro su planteamiento medroso después de tener la ventaja inicial.

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